Dos hermanos de Alfonso Basterra, que tras la muerte de Asunta pasaron varios días en el piso que éste tenía alquilado en una calle céntrica de Compostela, aseguraron ayer en el juicio que el ordenador portátil del imputado, el que en la instrucción no localizaban, estaba en esa vivienda. Contaron que, de hecho, les sorprendió que no se lo llevasen los investigadores cuando realizaron la primera inspección. Los agentes que declararon en este juicio resaltaron que en los registros no lo habían visto, pero admitieron que en los exámenes oculares no se buscaba al inicio y estrictamente este dispositivo y sí pruebas que tuviesen que ver con el trágico suceso. La vista oral se retoma esta mañana con las pruebas periciales, en las que participarán 60 peritos hasta el próximo día 21, una vez que ha concluido la declaración de testigos y después de que los padres de la menor negaran haber asesinado a su hija. Para el abogado de Porto, José Luis Gutiérrez Aranguren, se da paso a una parte «fundamental» del juicio. Según Aranguren, las pruebas periciales arrojarán «más luz», ya que hasta el momento el «juicio se está centrando en aspectos absolutamente colaterales» y en opiniones «personalísimas» sobre cómo es Rosario o cómo lleva su duelo. EFE SANTIAGO