El director del penal de Teixeiro (A Coruña) en el que están internos los padres de Asunta, acusados del asesinato de su hija en 2013, relató ayer que Rosario Porto, en la cárcel, se muestra «hundida, en un llanto continuo». El responsable del centro penitenciario, que compareció ayer en la última jornada de testificales, narró que mantuvo «audiencias» con Porto, acompañado en ocasiones por la subdirectora de seguridad y por la psicóloga, en las que se encontró siempre «a una persona hundida, en un llanto continuo».

Según contó ayer en el juicio, ella siempre quiere hablar de su hija, de lo que compartía con ella y de los proyectos que tenían conjuntamente. Preguntado por su opinión sobre si la actitud de Rosario es la de alguien a quien pertenece la autoría de este crimen, el director de Teixeiro insistió en la sala en que sería una «temeridad» por su parte manifestarse a ese respecto, «a cualquier persona de bien no le entra en la cabeza que unos padres puedan matar a su hija».

También subrayó que ambos acusados fueron incluidos en el protocolo de prevención de suicidios, para continuar con acompañamiento en la celda, procedimiento que en el caso de Porto duró «varios meses» y en el de Basterra todavía continúa por «indicaciones del equipo técnico» de Teixeiro.

En la jornada de ayer también prestó declaración el propietario de la ferretería compostelana que se ocupaba de la cerrajería de las propiedades de Rosario Porto y que recordó que entre 2012 y 2013 tuvo que cambiar las cerraduras de las casas de General Pardiñas y Doctor Teixeiro, en el centro de Santiago. Este testimonio sembró confusión puesto que, según la declaración de este testigo, Rosario le encargó un cambio de cerradura en Doctor Teixeiro, edificio en el que vivían madre e hija, en enero del 2013, tras un supuesto episodio en el que «habían intentado entrarle en casa y llevarle a la niña».

Sin embargo, según la versión de Porto, tal suceso aconteció en julio de ese año y no en enero, como indican las notas que obran en poder de este negocio. No obstante en esa fecha sí se produce una fuerte discusión entre Rosario y Alfonso, que acabaron divorciándose.