La Audiencia de Alicante sentó ayer en el banquillo a dos policías locales de Relleu acusados de arrestar sin ningún motivo y golpear a un vecino de la localidad que estaba celebrando la victoria del Barça frente al Arsenal. El fiscal acusa a los agentes de detención ilegal y lesiones por los que pide ocho años de prisión. La acusación particular, que ejerce el abogado Alejandro Dartis, añade a estos cargos los de torturas y simulación de delito y reclama casi 14 años de cárcel para cada agente. Según sostienen, al detenido en ningún momento se le leyeron los derechos y no existe atestado alguno que explique por qué se le detuvo aquella noche.

Los hechos ocurrieron la noche del 17 de mayo de 2006 cuando el denunciante se encontraba en un bar de Relleu festejando la victoria de su equipo en la final de la Copa de Europa y fue arrestado por dos agentes de la Policía Local, que le redujeron arrojándole al suelo y torciéndole el brazo por la espalda, colocándose los agentes sobre él y engrilletándolo.

Los dos funcionarios defendieron ayer su actuación policial y adujeron que el ahora denunciante se puso agresivo. Según explicaron, éste llegó por la noche a la plaza del pueblo tocando repetidamente el claxon y lo dejó mal aparcado. Al llamarle la atención, el otro se puso agresivo y les faltó al respeto y tuvieron que acabar reduciéndole al pensar que tenía intención de agredirles.

Por su parte, el denunciante aseguró que no entendía nada de lo que estaba pasando y que al principio pensaba que era una broma. «Uno me dijo riéndose que a ver si me iban a multar y yo les contesté: "no me jodas, me vas a poner una multa por esto», dijo. Sin entender cómo, cuando estaba en el bar, los dos agentes se le echaron encima, le pusieron las esposas y se lo llevaron detenido a dependencias municipales. El perjudicado señaló que días antes había tenido problemas con los mismos agentes por la colocación de un andamio en el que estaba trabajando y que éstos iban a por él.

Según los escritos del fiscal y las acusaciones, una vez allí, sin que se le hubieran leído los derechos y sin que nadie le hubiera dicho de qué se le acusaba. En el Ayuntamiento llegó a estar esposado a una barandilla de las dependencias, un extremo que ayer llegaron a negar los agentes imputados.

El hombre tuvo que ser trasladado al Hospital de La Vila por la Guardia Civil al empezar a quejarse de que se encontraba mal y no poder subir ninguna ambulancia hasta el pueblo para llevárselo. Los agentes lo bajaron en su coche patrulla hasta el centro sanitario donde iba engrilletado todavía. Los funcionarios dijeron que éste se había negado a que le quitaran las esposas. Los guardias le pusieron en libertad sin que les constara por qué lo habían detenido sus compañeros de la policía municipal.

El hombre sufrió lesiones en un brazo, así como una depresión por estrés postraumático. El fiscal pide una indemnización de 22.480 euros para los agentes, así como diez años de inhabilitación para ejercer. El juicio continuará hoy y previsiblemente no quedará visto para sentencia, ya que quedan muchos testigos por declarar.