La Audiencia de Alicante ha condenado a penas que suman más de 25 años de prisión al descuartizador de La Torre de les Maçanes, según la sentencia hecha pública ayer. El fallo de la magistrada María Cristina Costa se produce una semana después de que un jurado popular declarara culpable por unanimidad a Martín Ramírez Sellés de los delitos de asesinato, tenencia ilícita de armas, profanación de cádaver y daños. El acusado deberá indemnizar también con 100.000 euros a cada uno de los padres de la víctima y con 50.000 al hermano de ésta. El fallo no es firme y contra él cabe recurso ante el Tribunal Superior de Justicia.

Los hechos ocurrieron el 20 de octubre de 2013 cuando el acusado mató a golpes a su novia en la casa de campo en la que convivían y luego trató de descuartizar el cadáver, al que sometió a todo tipo de vejaciones. La sentencia recuerda que en los primeros momentos Martín confesó el crimen pero después cambió de táctica. En el juicio, dice la juez, «efectuó un relato lleno de referencias fantásticas e imaginarias sobre caballos blancos, rumanos que le agredieron, un perro colgado y otro atravesado por un arpón, luces que aparecían y otras manifestaciones de este tipo, que no han sido acreditados y no podían serlo porque son incompatibles con la realidad y parecen obedecer a un relato fabulado para aparentar una enfermedad mental».

La sentencia argumenta que la víctima se encontraba tumbada en la cama cuando se produjo el crimen y «estaba indefensa ante el ataque por sorpresa llevado a cabo por el acusado». Del mismo modo dice que «el jurado considera que los numerosos golpes que el acusado propinó a su pareja se realizaron de manera intencionada para causarle un dolor o su sufrimiento inhumano y cruel y que ello era innecesario para producirle la muerte». Por este motivo, se concluye que se trata de una asesinato por las agravantes de alevosía y ensañamiento y le impone 23 años y seis meses de cárcel.

En cuanto al delito de profanación de cadáveres, por el que se le imponen seis meses, la juez recuerda el informe de la autopsia en el que se decía que muchas de las lesiones del cadáver se produjeron tras su muerte. Aunque el acusado pudo haber tratado de descuartizar el cuerpo para deshacerse de él, «hubo otros ataques y mutilaciones del cuerpo que objetivamente implicaban un absoluto desprecio a la consideración y mínimo respeto que merece un cadáver», dice el fallo Entre ellas, la apertura de la caja torácica con absoluta destrucción del paquete visceral; la introducción en la zona anal de dos botellas y un palo, un arpón clavado en el glúteo y hasta un disparo. «Todos estos actos sólo tienen como explicación el propósito de menospreciar y profanar el cadáver».

Por tener un arma sin licencia se le condena a año y medio de cárcel más y por destrozar una furgoneta a golpes se le impone una multa de seis meses con una cuota diaria de diez euros.