Dos años después de la muerte de Asunta siguen llevándose flores y velas a la cuneta próxima a Santiago donde apareció el cuerpo sin vida de la pequeña. Está a poca distancia de una casa de Rosario Porto, madre adoptiva y donde presuntamente se habría cometido el crimen. Los padres adoptivos serán juzgados la próxima semana y se enfrentan a penas de hasta 20 años.