La Policía ya tuvo constancia en abril de que los algo más de mil dólares que Miguel Ángel Muñoz Blas cambió por unos 900 euros en una entidad bancaria de Astorga habían pertenecido a la peregrina estadounidense Denise Pikka Thiem, desaparecida ese mismo mes y cuyo asesinato confesó el hombre tras ser detenido el pasado viernes en Grandas de Salime.

Fue la cajera de la sucursal de Cajamar en la capital maragata quien, extrañada por el aspecto y la actitud meditabunda de Muñoz, realizó una fotocopia de los billetes y, luego, la entregó a la Policía. La numeración de los dólares permitió confirmar que se trataba del dinero que Denise había traído a España desde Estados Unidos para hacer el Camino de Santiago. Pese a ello, los agentes no arrestaron entonces a Muñoz Blas, aunque fuentes de la investigación aseguran que, como «sospechoso», quedó sometido a vigilancia.

Aunque en un primer momento negó los hechos ante los agentes -a los que les dijo «yo no he hecho nada»- el «criminal del Camino» confesó ser el asesino de la peregrina a bordo del helicóptero en el que fue trasladado a Astorga, donde hoy está previsto que pase a disposición judicial. «He sido yo. La maté. No lo quería hacer, pero le di un golpe y luego otro. No quería matarla. Yo os llevo dónde está», dijo textualmente Muñoz Blas a los policías, según informó en su edición de ayer el diario El Mundo. Después, se ratificó ante la juez que se ha hecho cargo del caso.