Dos policías locales de Altea han negado hoy en un juicio celebrado en la Audiencia de Alicante que detuvieran ilegalmente a una prostituta, aunque han admitido que se dirigieron a ella en un tono "un poco brusco" y la introdujeron en el coche patrulla sólo para identificarla, informa Efe

Igualmente, han rechazado que golpearan al conductor de un vehículo y luego falsificaran un atestado a fin de simular que el hombre circulaba bajo los efectos del alcohol y que se había lesionado en la cara de forma fortuita.

Los agentes, J.M.C. y R.C.L., se enfrentan a la petición fiscal de sendas penas de diez años y medio de cárcel y ocho de inhabilitación por esos hechos, mientras que el segundo también está acusado de extorsionar al dueño de un taller mecánico de la localidad después de que éste le reclamara el pago de 36 euros por la reparación de su moto.

Además, la fiscalía solicitaba inicialmente para ambos y otros dos policías otras condenas de cárcel por atentar contra la integridad moral y causar lesiones psicológicas a la propietaria de un pub de la ciudad, a la que supuestamente acosaron con multas y visitas durante meses como venganza por un incidente anterior.

Sin embargo, el tribunal de la sección décima de la Audiencia Provincial de Alicante ha eliminado esos hechos del proceso y ha ordenado que vuelvan a ser examinados por el juzgado de Benidorm que instruyó la causa porque los sospechosos no pudieron declarar sobre los mismos cuando tenían la condición de imputados.

En cualquier caso, el ministerio público entiende que los policías incurrieron en un "ejercicio abusivo de sus funciones como agentes de la autoridad, con una manifiesta extralimitación de sus facultades" respecto de personas "especialmente vulnerables o debilitadas", en algunas ocasiones movidos por "fines vengativos".

El episodio de la supuesta detención ilegal de la prostituta se produjo en la madrugada del 9 de septiembre de 2005, cuando R.C.L. y J.M.C. abordaron a la mujer en el momento en que se encontraba con un cliente y la obligaron a devolver los 20 euros que le había cobrado por un servicio sexual.

La fiscalía sostiene que los procesados la "privaron de su libertad de movimiento sin que concurriera causa legal para su detención", aunque ellos han mantenido hoy en el juicio que únicamente pretendían identificarla.

J.M.C. ha justificado como una "expresión" el que dijera a la mujer, como se ve en un vídeo grabado por él mismo, que estaba "detenida" y se ha escudado en que se encontraban en una zona "conflictiva" donde las prostitutas "se reían" de la policía, lo que explica que a veces ellos se mostraran "bruscos".

Por su parte, R.C.L. ha coincidido con la versión de su compañero sobre estos hechos, al igual que con el atestado que elaboraron al día siguiente por un delito de conducción bajo la influencia del alcohol contra un hombre y que según la acusación pública falsificaron.