La Policía Nacional ha detenido en Málaga, Marbella y Torrevieja a siete personas por estafar a propietarios de inmuebles de lujo. Los arrestados actuaban como mediadores en supuestas compraventas de propiedades que no se realizaban por las que cobraban comisiones.

El cabecilla dirigía las operaciones desde Alicante y su mano derecha, una mujer de 51 años de edad, colaboraba con él desde Marbella.

La investigación llevada a cabo surgió a raíz de que un empresario denunciara que se habían puesto en contacto con él dos personas para ofrecerle vender su propiedad, valorada en dos millones de euros, a un inversor italiano a cambio de una comisión. Tras un año de negociaciones se citaron en un hotel de Marbella donde el comprador italiano le entregaría 200.000 euros en efectivo en concepto de reserva, y el propietario haría entrega de la comisión de 95.000 pactada con los dos intermediarios por haberles encontrado comprador.

Cuando el vendedor del inmueble fue a hacer un recuento de los billetes que le habían dado se dio cuenta de que eran falsos.

A raíz de estos hechos se inició una investigación para esclarecer lo sucedido y dar con los presuntos responsables de la estafa. Los agentes comprobaron que el cabecilla de la organización, que se hacía pasar por inversor, utilizaba una identidad falsa y pagaba a terceros a cambio de que asumieran la titularidad de los alquileres de vehículos que empleaba. También se pudo identificar al resto de integrantes del grupo.

Dos de estos integrantes fueron detenidos en el aeropuerto de Málaga cuando estaban a punto de coger un vuelo con destino a Nápoles (Italia).

El cabecilla de la banda y su pareja fueron arrestados en Torrevieja, y a los otros tres integrantes de la organización se les detuvo en Marbella.

Tras realizar un registro domiciliario pudieron recuperar 28.000 euros en efectivo. Además, los agentes comprobaron que habían captado a una nueva víctima que tiene a la venta un chalé en Marbella por 850.000 euros, a la que le habían hecho creer que tenían un inversor para su vivienda que habrían conseguido a cambio de una comisión acordada de 100.000.

La forma de actuar de los detenidos comenzaba con una búsqueda en internet de personas que vendiesen inmuebles. El resto se hacían pasar por intermediarios con contactos con inversores en el extranjero interesados en comprar propiedades en España.