El juez de la Corte de Apelación de Timisoara (Rumanía) ha aceptado la petición de la Fiscalía de esa región rumana de extraditar a España al presunto asesino del doble crimen de Cuenca, Sergio Morate, según informó ayer a Europa Press la fiscal encargada del caso, Violeta Filip.

El magistrado ha aceptado por tanto mantener a Morate otros 30 días en situación de prisión provisional tal y como había pedido el Ministerio Público mientras se tramita el proceso de extradición del presunto asesino, que ahora tiene un plazo de cinco días para recurrir esta decisión ante la Corte de Bucarest, máxima institución judicial del país y que tendrá la última palabra sobre su entrega.

El juez de Timisoara ha aceptado también trasladar a España todos los bienes de Morate incautados en Rumanía, esto es su coche, su ropa, su teléfono móvil y las placas de matrícula halladas en el interior del vehículo, según la fiscal Filip, adjunta al fiscal jefe de Timisoara que estos días se encuentra de vacaciones. La entrega incluye también los bienes que puedan ser encontrados en el futuro.

Fuentes de la investigación informaron a Europa Press de que el coche de Morate tenía las placas de matrícula quitadas cuando fue detenido el pasado 13 de agosto en la localidad de Lugoj, en Timisoara. Los investigadores sospechan que con ello Morate trataba de dificultar su identificación, pero las autoridades rumanas dieron con él gracias a la descripción remitida por la Policía Nacional del vehículo Seat Ibiza de color verde con el que había abandonado España, concretamente por el paso de Portbou (Gerona).

Fuerte escolta policial

Minutos antes de las 10 horas de ayer (las 11 en Rumanía) Morate llegaba a la Corte de Apelación de Timisoara procedente de un centro penitenciario local. Fue trasladado en un furgón policial, envuelto en fuertes medidas de seguridad y escoltado por numerosos policías armados, con cascos y chalecos antibalas. Él vestía una camiseta negra, unos vaqueros y una gorra.

La vista estaba convocada a efectos de estudiar la petición de extradición formulada por España y no ha entrado a valorar el fondo de los hechos ocurridos en Cuenca. Aún así, Morate mantuvo lo declarado en su última comparecencia ante la justicia rumana y se declaró inocente. Durante la media hora que duró la vista estuvo asistido por su abogada Claudia Candea.

En declaraciones a Europa Press, la fiscal del caso, Violeta Filip, dijo que Morate se mostró «muy tranquilo» y que habló muy poco, apenas un par de veces y en español, para declararse inocente y para decir que «teme por su vida» en España.

Por su parte, en declaraciones a varios medios de comunicación presentes en la corte, su abogada declaró que su cliente piensa que «no va a tener un juicio justo en España» y que «no hay suficientes pruebas de su culpabilidad». Previsiblemente recurrirán esta decisión del juez de Timisoara.

La fiscal Filip advirtió de que las autoridades de Lugoj, por su parte, ya habían abierto una investigación propia sobre el coche usado por Morate en el marco de la investigación que se sigue por un presunto delito de encubrimiento contra el ciudadano Istvan Horvath, el ciudadano rumano con el que fue detenido el presunto asesino. Ambos son amigos tras conocerse hace años en la cárcel de Cuenca. Horvath declaró que Morate se presentó sin avisar y que le acogió en base a aquella amistad. Afirmó que su amigo le admitió haber cometido los crímenes, pero que no le creyó.