El Juzgado de Instrucción número cuatro de Llíria, especializado en violencia contra la mujer, acaba de acordar la prisión, comunicada y sin fianza del concejal de EU del Ayuntamiento de Serra detenido el miércoles por el presunto asesinato de su mujer, también exedil de este mismo partido. Marcos Cabo, de 46 años, está acusado de provocar presuntamente el incendio en el que murió su esposa, Dolores Moya. Además, queda suspendida la patria potestad respecto de los dos hijos menores de la pareja.

La historia, por desgracia tantas veces contada, se vuelve a repetir. Dolores Moya, exconcejala de EU en Serra, quería poner punto y final a su matrimonio con el padre de sus cuatro hijos porque ya no soportaba su carácter «controlador y celoso», según allegados de la fallecida, y Marcos Cabo, actual edil de este mismo partido, no asumía la inminente ruptura. Este fue el móvil machista que se escondía tras la muerte de esta mujer de 41 años hallada sin vida en la bañera de su casa de Serra el pasado 29 de julio tras desatarse un fulminante incendio en su domicilio.

Al tiempo que avanzan las investigaciones y, después de que el arrestado como presunto autor de este crimen machista haya sido puesto a disposición judicial, los indicios recabados en la casa y el informe de autopsia del Instituto de Medicina Legal de Valencia hacen pensar a los investigadores que el detenido presuntamente roció de gasolina a su víctima cuando ésta dormía en el sofá de la casa.

Aunque la causa del fallecimiento fue la inhalación de humo, la mujer también presentaba importantes quemaduras en la parte inferior del cuerpo. Además, el pantalón olía a gasolina, al igual que el comedor donde se inició el fuego, como ya adelantó Levante-EMV. Asimismo, los perros de la Unidad Cinológica central de la Guardia Civil especializados en detección de acelerante hallaron el foco del incendio en el sofá donde supuestamente se encontraba descansando la víctima.

Al parecer, el concejal detenido habría rociado presuntamente con gasolina la casa para asegurarse así de la rápida propagación del fuego e impregnó las piernas de su esposa y el sofá sin que ésta se despertara. Posteriormente y ya cerca de la puerta de entrada de la casa, situada justo en el lado opuesto, habría prendido fuego al combustible para así asegurarse su huida y correr el mínimo riesgo posible. De hecho, las quemaduras en los brazos y el tronco por las que fue atendido en el Hospital Arnau de Vilanova son compatibles con una deflagración instantánea en el momento de prender la gasolina.

Algunas fuentes consultadas apuntaron la posibilidad de que la víctima, que fue hallada en la bañera, entrara en el baño para tratar de apagar las llamas del pantalón con el agua de la ducha, pero que debido al denso humo habría perdido el conocimiento y fallecido por la inhalación de monóxido de carbono.

La versión que el acusado dio a los investigadores en un primer momento era bien distinta a esta. Según él, se encontraba en compañía de su hija descargando productos de jardinería de la furgoneta estacionada justo al girar la calle y cuando volvió ya se encontró la casa en llamas. Al parecer, el sospechoso habría aprovechado un breve espacio de tiempo en el que su hija asegura que se ausentó para coger algo. Fue precisamente la declaración de la hija mayor del matrimonio ante la Guardia Civil lo que propició que un día después el sospechoso fuera detenido y trasladado a los calabozos de la Comandancia como presunto autor del crimen, como ya informó ayer este periódico.

Un divorcio aplazado por las urnas

La noticia de la detención de Marcos Cabo, quien en las últimas elecciones había ocupado el cargo como concejal de EU que dejaba vacante su mujer, fue recibida por los vecinos de Serra con incredulidad e indignación. «Eso no puede ser cierto, son todo mentiras», aseguraba Vicente, conocido de ambos y que no daba crédito a que la muerte de Dolores fuera un asesinato. «El mismo día que murió vinieron juntos y ella se quedó dándole de comer a los chiquillos», explicaba refiriéndose a los dos hijos de una mujer a los que cuidaba la fallecida después de abandonar la política y que compaginaba con su empresa de jardinería. «Iban a todos lados juntos, se les veía muy unidos», añadía.

Pero aunque de puertas para fuera pudiera parecer que todo iba bien, los más próximos a la fallecida aseguran que Dolores ya había iniciado los trámites de la separación harta del control obsesivo de su pareja, quien le revisaba el teléfono móvil y vigilaba sus amistades. Estas mismas fuentes sostienen que la mujer decidió aplazar la separación hasta después de las elecciones para que el proceso no afectara al partido político en el que militaban ambos. «Lola fue la fundadora de EU de Serra y ha sido la clara referencia en muchas luchas por el pueblo. Además era nuestra sonrisa en cada reunión, nuestra alegría y el toque de que todo iba a salir bien cargándonos a todos de optimismo», aseguraba un compañero de EU.