La Guardia Civil ha detenido a 33 personas que se dedicaban al tráfico de cocaína en Toledo y Madrid, en la denominada operación "Verco", que ha permitido desmantelar dos laboratorios usados para el corte y adulteración de cocaína e incautar más de dos kilos de esta droga y 11,6 kilos de hachís.

Según ha informado hoy el Ministerio del Interior, la operación se ha desarrollado en dos fases, una primera en 2014, cuando la Guardia Civil tuvo conocimiento de que había un punto de venta de sustancias estupefacientes en Villanueva de Alcardete (Toledo) y una segunda desarrollada el pasado mes de julio en Toledo y Madrid, en la que han sido arrestados la mayoría de los detenidos.

Tras conocer de la existencia de este punto de venta, la Guardia Civil localizó a un grupo de personas en varias localidades de la provincia de Toledo, que podrían estar dedicándose a la distribución y comercialización de cocaína adulterada.

Se les hizo un seguimiento que permitió localizar el punto de suministro de cocaína y se llevaron a cabo nueve registros domiciliarios en las localidades toledanas de Seseña, Villanueva de Arcardete, La Puebla de Almoradiel y Villacañas, así como en Madrid y en el municipio madrileño de Aranjuez.

Esa primera fase se cerró con la detención de 12 sospechosos, mientras que los otros 21 integrantes de la red de distribución de cocaína fueron detenidos el pasado mes de julio.

Los detenidos han sido puestos a disposición del juzgado de Instrucción número 1 de Quintanar de la Orden (Toledo), que ha decretado el ingreso en prisión de diez de ellos, mientras que el resto han quedado en libertad con cargos.

Las investigaciones de la Guardia Civil permitieron determinar que el proveedor de la cocaína era un varón residente en La Puebla de Almoradiel y los encargados de su distribución una pareja que residía en el Ensanche de Vallecas, en Madrid.

Para el transporte de la sustancia, la organización adoptaba fuertes medidas de seguridad, de forma que llegaron a utilizar como cobertura el embarazo de una mujer.

Otro de sus integrantes se encargaba de surtir de cocaína al resto del grupo. Éste en colaboración con su pareja, adquiría partidas de esta droga a través de dos intermediarios con el objetivo de aumentar tanto su cantidad como los beneficios económicos que obtenía, adulterando y cortando la cocaína antes de su distribución a terceros.

Para ello, la pareja disponía de un laboratorio que se localizó en el trastero de su vivienda ubicada en el barrio de Vallecas y regentaba además un locutorio en Madrid, a través del que blanqueaban los beneficios que obtenían por la distribución de drogas.

En la operación, que ha sido desarrollada por la unidad de policía judicial de la Guardia Civil de la Comandancia de Toledo, se han desmantelado dos laboratorios utilizados para la adulteración y corte de la cocaína y se han intervenido 2,3 kilos de cocaína y 11,6 kilos de hachís.

También se han incautado más de 7,5 kilos de sustancias para cortar la droga y útiles para su corte, envasado y distribución, así como vehículos, 38.739 euros en efectivo, un revólver y dos rifles de aire comprimido, teléfonos móviles y material informático.