Aunque el acusado errara el disparo, su intención era la de matar a su exmujer. Por este motivo, la Audiencia de Alicante ha impuesto penas que suman más de diez años de prisión a un acusado de haber tiroteado a su expareja en el portal de su casa. La sala le condena por los delitos de intento de homicidio, tenencia ilícita de armas y por quebrantar reiteradamente la orden de alejamiento que le impedía acercarse a su víctima.

Los hechos ocurrieron la madrugada del 6 de noviembre de 2014 cuando el acusado estuvo esperando a su exmujer en la puerta de su casa en Alicante, a la que llevaba exigiendo más de un mes que le dejara ver a su hijo, pese a la orden de alejamiento impuesta por un juzgado que le impedía acercarse.

El disparo se produjo en el momento en que la víctima entraba en el portal pero la bala impactó en el borde la puerta de madera y la única lesión que sufrió fueron las esquirlas que le alcanzaron en la mejilla. Según la sentencia, el acusado tenía intención de acabar con la vida de la mujer y no lo consiguió por «la falta de pericia» y la «nula experiencia» en el manejo del arma. «Una pequeña variación del ángulo de tiro puede ser la diferencia entre la vida y la muerte», argumentan los magistrados. El fallo incide en que el acusado estaba apuntando con el arma hacia su víctima y que en los días previos la había amenazado de muerte.

El acusado adujo que sólo quería asustarla y que compró el arma para suicidarse. De hecho, el acusado fue detenido poco después al tratar de sucidarse pegándose un disparo subiéndose a las ruletas del Casino de Alicante, algo que no consiguió porque se le encasquilló la pistola. «El hecho de que posteriormente se quisiera suicidar no quiere decir que previamente no tuviera intención de matar», dice el fallo.