Un acusado de haber disparado a su expareja cuando ésta salía de trabajar del Casino de Alicante aseguró ayer que no tenía intención de matarla, que sólo pretendía darle un susto y quería suicidarse. La víctima apenas sufrió un rasguño en la mejilla ya que la bala acabó en una puerta y sólo le rozó. El juicio se celebró ayer en la Audiencia de Alicante donde el hombre se enfrenta a penas que suman diez años y ocho meses de prisión por intento de homicidio, tenencia ilícita de armas y por romper la orden de alejamiento que le impedía contactar con a ella. El acusado, que está defendido por el abogado Vicente Orts Barrigón, admitió los dos últimos delitos pero negó que intentara matar a su expareja. Según declaró el procesado, cuando ella le vio con la pistola le dijo que no se iba a atrever a hacerle y disparó para demostrarle que era un arma de verdad. De acuerdo con su versión, el arma la compró para acabar con su vida y de hecho, trató de dispararse después subiéndose a la ruleta de la sala de juego, pero ésta se le encasquilló.

Los hechos ocurrieron el 6 de noviembre de 2014 cuando el acusado se presentó en el trabajo de su expareja cuando ella salía de trabajar pistola en mano, tras haber esto mandándole numerosos mensajes exigiendo que le dejara ver a su hijo, incumpliendo la orden de alejamiento que desde hacía un mes le impedía contactar con ella. La mujer aseguró que no llegó a ver el momento en que se produjo el disparo porque se encontraba de espaldas hacia su agresor, pero que antes del tiro éste le dijo que la iba a matar. La Fiscalía sostiene que la intención del acusado era acabar con la vida de su expareja y que si erró el disparo fue por la poca experiencia que éste tenía en el manejo de las armas.