La Audiencia de Alicante juzga desde ayer la estafa con billetes falsos que sufrieron en Turín dos empresarios de la construcción que iban a buscar financiación para dos proyectos. Los hechos se remontan al año 2008, cuando los bancos españoles empezaban a cerrar el grifo en la concesión de créditos. Los constructores entraron en contacto con unos prestamistas italianos que les iban a dar el millón y medio de euros que necesitaban. El requisito para conseguir el dinero era que debían pagar un 12% de esta cantidad a modo de seguro que debía cubrir alguna hipotética situación de impago. La cantidad prestada finalmente fue de un millón por el que tuvieron que abonar 125.000 euros en una entrega realizada en un hotel de Turín. Sin embargo, cuando llegaron al coche, los empresarios descubrieron que les habían cambiado los maletines y que el dinero que les habían entregado era falso.
El supuesto prestamista italiano con el que se entrevistaron no ha sido identificado y está en paradero desconocido. En el banquillo se sientan cinco intermediarios de la operación, la mayoría afincados en la provincia de Alicante, que pusieron en contacto a los afectados con el prestamista. Los acusados, que están defendidos por los letrados Moisés Candela, Lydia García Olcina y Santiago Talavera, negaron haber tenido relación con la estafa y aseguraron que sólo había participado como intermediarios y que tampoco tuvieron beneficio económico alguno por esta estafa.
El juicio no pudo quedar visto ayer para sentencia por demorarse los interrogatorios a los acusados. La vista se retomará a mediados del próximo julio para interrogar a los afectados. La Fiscalía pide años de prisión para ellos por estafa.
