El fugitivo por el crimen de un matrimonio galés en Alcoy utilizó a su hija para tratar de recuperar el pasaporte con el que pretendía huir de España, según informó ayer la Dirección General de la Policía. Jorge R. S. fue condenado a 59 años de prisión por el doble crimen cometido en 2003 y el pasado febrero aprovechó un permiso carcelario para no regresar a la prisión. Como ya publicó este diario el pasado 6 de junio, el Grupo de Localización de Fugitivos de la Policía le arrestó la semana pasada en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas cuando se disponía a recibir a una de sus hijas, que también fue arrestada por presentar una denuncia falsa por la pérdida del pasaporte de su padre.

Días más tarde de la huida del recluso, la hija presentó una denuncia en la comisaría de Fuengirola (Málaga) por el supuesto hurto de un bolso en cuyo interior, entre otros efectos personales, se encontraría el pasaporte de su padre. El documento le había sido retirado durante la tramitación policial-judicial al fugado, por lo que los investigadores sospecharon que éste podría tratar de documentarse para regresar a su país.

El fugitivo se encontraba en las inmediaciones de la Terminal 4 del aeropuerto madrileño y en el momento de su arresto llevaba diversa documentación falsificada. La hija estaba llegando en ese momento a Madrid de un vuelo procedente de Málaga y fue arrestada también por la presunta denuncia falsa.

El crimen se remonta a septiembre de 2002 cuando se denunció la desaparición de un matrimonio galés de 55 y 42 años que se había desplazado a la provincia de Alicante para comprar una vivienda. El matrimonio contactó con dos estafadores de origen venezolano que les hicieron desplazarse hasta Alcoy para supuestamente mostrarles un chalé. Una vez allí, los estafadores les sustrajeron dinero en efectivo y tarjetas bancarias que portaban, dejándoles maniatados y encerrados en el sótano. Durante las dos semanas siguientes, los estafadores retiraron todo el efectivo que pudieron de las tarjetas, llegando a llevarse al marido a una entidad bancaria para extraer 18.000 euros. Los cadáveres fueron hallados en el sótano del chalé en una zanja sellada con cemento.