Confiaban en las cuentas que les presentaba el exgerente de Mercalicante hasta que empezaron a notar movimientos extraños y encargaron una auditoría que les reveló que José Emilio Clavero hizo y deshizo a su antojo y dispuso de fondos sin autorización ni justificación alguna. Ésta es la versión que mantuvieron ayer en el juicio por el presunto desfalco de seis millones de euros los miembros de la comisión ejecutiva de la mercantil: el exalcalde Luis Díaz Alperi y los entonces ediles Juan Zaragoza y José María Rodríguez Galant. Los tres ya tuvieron que declarar en su día como imputados durante la investigación y ayer lo hicieron en el juicio en calidad de testigos donde fueron interrogados sobre su intervención en su gestión de los hechos denunciados hace trece años. El juicio se celebra esta semana en la Audiencia de Alicante sin el principal acusado, José Emilio Clavero, que se encuentra fugado de la Justicia.
«Empezamos a sospechar que había algo raro cuando el señor Clavero llevó hasta en tres ocasiones a la comisión ejecutiva autorización para disponer de hasta 300 millones de las antiguas pesetas en proyectos diferentes», dijo Alperi. Esas peticiones fueron para usar el dinero en inversiones en Bolsa, comprar la empresa que iba a desarrollar el proyecto del mercado electrónico y para rescatar el contrato de alquiler de las naves frigoríficas y todas fueron denegadas, explicó Alperi. «Todo era una estrategia de Clavero para conseguir que se le autorizara el pago de una cantidad importante. Si le hubiéramos dado lo que pedía se lo habría quedado», apostilló. Alperi dijo que ellos no podían detectar las irregularidades porque a la comisión «llegaban los datos que nos daba Clavero y él informaba de lo que quería». Al empezar a sospechar, encargaron la auditoría a Pricewaterhouse que puso de manifiesto todas las irregularidades. El interrogatorio a Alperi se prolongó durante más de una hora. El tribunal había adelantado su declaración en atención a su estado de salud. En un momento del interrogatorio, Alperi pidió declarar de pie por sus problemas de espalda.
Por su parte, el concejal Juan Zaragoza admitió que autorizó a Clavero solicitar dos créditos por importe de 825 millones de las antiguas pesetas como vicepresidente de la empresa mixta. «Me dijo que era urgente para afrontar gastos como el pago de nóminas y otros gastos de funcionamiento», aseguró y puntualizó que ignoraba si Clavero utilizó parte de ese dinero para las inversiones en Bolsa que realizó con los fondos de Mercalicante. El edil aseguró que el consejo autorizó también estos créditos, momento en que el fiscal le hizo ver que esa autorización no figuraba por ningún sitio. Zaragoza se desmarcó también de otros gastos ordenados por Clavero que correspondían al Ayuntamiento de Alicante: El patrocinio de un rallye, la iluminación de fiestas. «Ignoro por qué el señor Clavero hizo estos pagos», dijo, a pesar de admitir que el conductor de rallyes que se benefició de estos patrocinios era amigo de Zaragoza y el exgerente no le conocía de nada. Zaragoza fue preguntado por su relación de su hija con Mercalicante y señaló que Clavero la contrató. «Era muy aficionado a dar trabajo a familiares de políticos», explicó y añadió que le pidió que lo dejara. «Sólo estuvo doce días», señaló. Según dijo, más tarde supo que su hija trabajaba en la empresa LAF que subarrendó las tres naves frigoríficas de Mercalicante a las mercantiles a las que Clavero alquiló a un precio muy inferior al de su valor en el mercado.
Por último, José María Rodríguez Galant señaló que fue designado para integrar una comisión que controlara el proyecto de mercado electrónico. «No llegamos a reunirnos jamás porque Clavero presentó directamente el proyecto al consejo». El exconcejal dijo que el exgerente sólo les mostró transparencias, nada real.
