La Policía Nacional ha detenido al jefe de un clan serbocroata de ladronas que el año pasado cometieron decenas de robos en pisos de Valencia, acusado de haber intentado comprar por 6.000 euros un riñón para su hijo a un inmigrante marroquí en situación económica precaria. El trasplante nunca llegó a realizarse porque la Policía captó una grabación en un teléfono intervenido que les puso sobre la pista. Los agentes acusan del trasplante ilegal a cinco de los 48 detenidos en esta operación por su pertenencia a la organización de ladrones más activa y con mayor movilidad de cuantas han actuado en los últimos años en España, y de la que se sospecha que ha cometido cientos de asaltos.

La banda estaba siendo investigada por algunas plantillas policiales desde 2003. En todas las ocasiones utilizaban a chicas muy jóvenes -algunas incluso menores de edad- a las que convertían en ladronas con un pequeño entrenamiento. En ocasiones, las captaban a través de matrimonios de conveniencia, una forma encubierta de captarlas. De hecho, las más cotizadas eran las que habían demostrado una mayor destreza como ladronas; por una adolescente llegaron a pagar casi 100.000 euros a su familia a cambio de casarla con uno de los líderes.

Durante las intervenciones telefónicas ordenadas por un juzgado de Tarragona, la ciudad española donde llevaban asentados varios años y desde donde enviaban a las chicas a robar por toda España, investigadores del grupo de Robos de la UDEV central captaron una conversación en la que el jefe de la organización anunciaba que necesitaba con cierta urgencia un riñón para su hijo, que padecía una grave deficiencia renal.

Sus secuaces pronto encontraron al candidato ideal: un joven marroquí, que residía ilegalmente en España y estaba en una situación económica de extrema necesidad. Le ofrecieron 6.000 euros por el órgano y, desesperado, aceptó. A partir de ese momento, le pidieron que iniciase las pruebas de compatibilidad en su hospital de referencia, en este caso el de Bellvitge, en Barcelona, cerca de su lugar de residencia.

La Policía Nacional alertó entonces a la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) para evitar que la intervención se llevase a cabo. Entre tanto, el donante comenzó a desconfiar y, convencido de que no le iban a pagar la suma pactada, se echó atrás.

La reacción del patriarca del clan serbocroata no se hizo esperar: ordenó el secuestro del joven marroquí, al que trasladaron a un chalé de la urbanización Miami Platja, en l'Hospitalet de l'Infant (Tarragona), donde lo golpearon y amenazaron de muerte hasta obligarle a que accediera de nuevo a someterse al trasplante de su riñón.

Ese fue el momento en que la Policía decidió intervenir y detener a los cinco presuntos responsables del intento de compra del riñón.

Esas detenciones se suman a las más de 40 practicadas en los últimos dos años de miembros de esta activa banda, a la que se responsabiliza de un incremento de más del 40% del número de robos en viviendas en Valencia. La red enviaba grupos de mujeres en autobús de Vinaròs a Valencia y Castellón, las dejaba en los barrios de más alto poder adquisitivo y, por la tarde, un secuaz del grupo recogía el botín, lo ocultaba en un zulo que sólo él conocía y las obligaba a regresar a sus casas, hasta que al día siguiente les programaban un nuevo itinerario o una nueva ciudad.

En Madrid, por ejemplo, lograron un botín de 2,2 millones de euros entrando sólo a dos pisos de una exclusiva barriada en Chamberí.