La Fiscalía de Alicante ha pedido penas de prisión, que oscilan entre los doce meses y los tres años, para seis profesionales sanitarios de una clínica privada por la muerte de un paciente. Se les imputa un presunto delito de imprudencia con resultado de muerte. Según la calificación de la acusación pública, también se exige que los seis acusados -una radióloga y cinco facultativos- indemnicen a los familiares del fallecido con 174.000 euros, informa Efe.

El juicio se celebrará el mes que viene en un juzgado de lo Penal por hechos que se remontan a diciembre de 2003. Horas antes de la celebración de Nochebuena, el ahora fallecido, acompañado por su familia, acudió al centro privado médico aquejado de «un fuerte dolor lumbar», según el escrito del fiscal y de la acusación particular.

Tras ser sometido a un reconocimiento, la radióloga informó «verbalmente» del resultado de la última prueba al médico, a quien le trasladó que no había hallazgos de cálculos ni dilatación de vías, lo que, en un principio, descartaba un cólico nefrítico. Para la fiscalía, el síntoma predominante del aneurisma es un dolor «severo y localizado en la espalda o hipogastrio» que, de incrementarse, «puede anunciar un posible rotura». Si la radióloga hubiera anunciado «su hallazgo», podría haberse intervenido a tiempo al paciente, añaden ambas acusaciones. Estas dos partes sostienen que en el informe que la radióloga redactó y entregó a la familia días después se expone «la existencia de una dilatación aneurismática de aorta abdominal» y la recomendación de hacer «un TAC abdominal». Estas apreciaciones, según la Fiscalía, no fueron trasladadas a los médicos que trataban al paciente, quienes lo dieron de alta al paciente con tratamiento paliativo del dolor. No obstante, las acusaciones consideran que la patología que sufría el asistido era compatible con el aneurisma de aorta, hecho que era suficiente para que los facultativos hubieran valorado esta posibilidad.

Al no remitir el dolor y con una tensión arterial alta, el paciente, de 66 años de edad, volvió al día siguiente a Urgencias, donde fue atendido por una facultativa que, «ignorando los síntomas que presentaba y sin plantear diagnóstico alternativo», le aplicó tratamiento para el dolor y ordenó un análisis.

La salud del hombre empeoró una hora después al presentar «una hipotensión severa» provocada realmente por la rotura del aneurisma. A las cuatro horas se le practicó un TAC, que reveló el aneurisma. Los médicos lo trasladaron al Hospital General para operarle, donde finalmente falleció.