La fiscalía de Alicante ha solicitado penas de prisión, que oscilan entre los doce meses y los tres años, para seis profesionales sanitarios de una clínica privada por un presunto delito de imprudencia con resultado de muerte.

Según la calificación de la acusación pública, a la que ha tenido acceso Efe, también se exige que los seis acusados -una radióloga y cinco facultativos- indemnicen a los familiares del fallecido con 174.000 euros, recayendo la responsabilidad civil subsidiaria en la clínica y en la compañía aseguradora.

El titular del Juzgado de Instrucción 6 ya ha decretado apertura de juicio oral -del 8 al 12 de junio- por unos hechos, origen de este procedimiento, que se remontan a diciembre de 2003.

Horas antes de la celebración de Nochebuena, el ahora fallecido, acompañado por su familia, acudió al centro privado médico aquejado de "un fuerte dolor lumbar", según refleja el escrito del fiscal y de la acusación particular.

Tras ser sometido a un reconocimiento físico y a otras pruebas (análisis de sangre y orina, y ecografía abdominal), la radióloga informó "verbalmente" del resultado de la última prueba al médico, a quien le trasladó que no había hallazgos de cálculos ni dilatación de vías", lo que, en un principio, descartaba la existencia de un cólico nefrítico.

Sin embargo, las acusaciones sostienen que en el informe que la radióloga redactó y entregó a la familia días después de la muerte del paciente se expone "la existencia de una dilatación aneurismática de aorta abdominal" y la recomendación de practicar "un TAC abdominal".

Ambas apreciaciones, según la Fiscalía, no fueron trasladadas ni por escrito ni verbalmente a los médicos que trataban al paciente, quienes, a raíz de lo que les informó la radióloga -ni cálculos ni dilatación de vías-, dieron de alta al paciente con tratamiento paliativo del dolor.

No obstante, las acusaciones consideran que la patología que sufría el asistido era compatible con el aneurisma de aorta, hecho que, aunque no fue comunicado por la radióloga, era suficiente para que los facultativos hubieran valorado esta posibilidad.

Al no remitir el dolor y con una tensión arterial alta, el paciente, de 66 años de edad, volvió al día siguiente a las 12,30 horas al servicio de Urgencias, donde fue atendido por una facultativa que, "ignorando los síntomas que presentaba y sin plantear diagnóstico alternativo", le aplicó tratamiento para el dolor y ordenó un análisis de sangre.

La salud del hombre empeoró una hora después al presentar "una hipotensión severa" provocada realmente por la rotura del aneurisma, pero que la doctora lo diagnosticó como "una reacción" a los fármacos administrados para el dolor, y ordenó el ingreso en la UCI.

Cuatro horas después, dos médicos de esta unidad acordaron la realización del TAC, cuyo resultado reveló "un aneurisma de aorta abdominal infrarrenal" y "derrame a nivel pélvico", por lo que propusieron la "inmediata intervención quirúrgica".

Aunque el cirujano cardiovascular de guardia acudió a la clínica, éste optó por no intervenirlo en el centro y ordenó el traslado del paciente al Hospital General de Alicante, donde falleció, pese a que fue intervenido.

Para la fiscalía, el síntoma predominante del aneurisma es un dolor "severo y localizado en la espalda o hipogastrio" que, de incrementarse, "puede anunciar un posible rotura". Si la radióloga hubiera anunciado "su hallazgo", podría haberse intervenido a tiempo al paciente, añaden ambas acusaciones.