Un desacuerdo por un divorcio entre miembros de dos familias desencadenó ayer tarde en Alicante una reyerta con armas blancas y de fuego que se saldó con dos personas heridas, una por una puñalada y otra por contusiones, según fuentes policiales. Testigos de la pelea alertaron a la Policía Nacional y Policía Local de que escucharon tiros, aunque los disparos fueron efectuados al aire. Los presuntos agresores se dieron a la fuga inicialmente y poco después la Policía ya había detenido a varias personas por su presunta relación con los hechos.

La riña se produjo sobre las seis de la tarde en la zona de las calles Amadeo de Saboya y Góngora, en el barrio de Carolinas. Tanto la Policía Nacional, en la sala del 091, como la Policía Local en sus dependencias, recibieron varias llamadas alertando de la pelea y de disparos. Una de las llamadas fue realizada por un policía local fuera de servicio que advirtió del suceso.

Despliegue

De inmediato se personaron numerosas patrullas de ambos cuerpos policiales y la zona fue acordonada.

Al llegar los agentes, los heridos en la pelea ya no se encontraban en el lugar porque habían sido evacuados en vehículos particulares a centros hospitalarios. En el Hospital General de Alicante ingresó un hombre de 39 años que fue apuñalado en un costado, mientras que en el Hospital Medimar fue atendido un hombre de 55 años que presentaba contusiones sufridas en el enfrentamiento entre miembros de dos familias.

La Policía Nacional trasladó a sus dependencias a varias personas para tomarles declaración y tratar de esclarecer las circunstancias de la reyerta. Según los primeros datos recabados por la Policía, el desacuerdo por un divorcio fue el origen de la pelea, que fue subiendo de tono hasta el punto de que uno de los participante fue apuñalado y otro implicado realizó varios disparos intimidatorios al aire.

Además de las patrullas de Seguridad Ciudadana de la Policía nacional y de la Policía Local, al lugar acudieron especialistas de la Policía Científica y Policía Judicial para realizar la inspección ocular y recabar datos que permitan el esclarecimiento de la reyerta.

La calle, en la que se recogieron tres casquillos, tuvo que ser cortada para facilitar el trabajo de los policías y numerosas personas se acercaron para interesarse por lo ocurrido y seguir de cerca la labor de los investigadores.