La Guardia Civil ha detenido en Alicante, El Campello y Valencia a once presuntos miembros de una organización acusada de estafar en una década más de cinco millones de euros a más de un millón de personas de toda España a través del envío de mensajes «premium» de telefonía móvil. Los sms utilizaban engaños como falsas entrevistas de trabajo u otro tipo de artimañas para que los estafados contestaran y poder cobrarles 1,5 euros por mensaje, según el balance de la operación ofrecido ayer por la Guardia Civil. La trama estaba liderada por dos hermanos y entre los detenidos figuran dos abogados de Valencia que presuntamente aconsejaban a los cabecillas que operaban desde una céntrica oficina de Maisonnave.

Un juzgado de Alicante ha dirigido las investigaciones iniciadas en 2012 por la Guardia Civil, cuyas pesquisas para desmantelar el entramado se han visto dificultadas porque contaban con una veintena de empresas ficticias y los implicados han ido sorteando diferentes procedimientos legales mediante el uso de testaferros y la ayuda de abogados.

La denominada operación «Telemensaje» culminó hace varias semanas con la detención de nueve personas en Alicante y El Campello y otras dos -los abogados- en Valencia. Además de los arrestos los agentes del Grupo de Delitos Telemáticos de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil realizaron ocho registros en las sedes sociales de las empresas de la trama y en domicilios de El Campello donde viven los cabecillas. Dichos registros permitieron intervenir vehículos de alta gama -uno de los líderes usaba un Maserati-, joyas de gran valor y dinero.

Además intervinieron el material informático usado en el centro de operaciones de Alicante donde almacenaban los datos sobre usuarios estafados y de las campañas fraudulentas empleadas.

El denominado «call center», el gestor de llamadas desde donde se cometían los microfraudes, estaba en una oficina del centro de Alicante desde donde se enviaban mensajes engañosos como este: «Ponte en contacto conmigo para la segunda entrevista de trabajo» o «te estoy buscando en Facebook y no te encuentro».

En el momento en que contestaban los destinatarios al mensaje el usuario de la línea pagaba unos 1,50 euros. El comandante jefe del Grupo de Delitos Telemáticos de la UCO, Óscar de la Cruz, explico ayer en Madrid que los trabajadores del «calle center» tenían órdenes de establecer una mensajería con la víctima con el objetivo de que siguiera gastando dinero. En declaraciones recogidas por la agencia Efe, De la Cruz indicó que no dudaban en derivar el diálogo por sms hacia contenidos eróticos, por lo que si el estafador no se daba cuenta enseguida del timo y seguía chateando podía llegar a recibir en su domicilio una factura de entre mil y dos mil euros.

Uno de los dos hermanos detenidos como presuntos cerebros ejercía el liderazgo de la trama y tenían a sueldo a testaferros que recibían dinero a cambio de figurar como administradores de las empresas pantallas utilizadas para cometer el fraude y blanquear los beneficios.

Los trabajadores contratados para el centro gestor de llamadas normalmente eran personas en situación de precariedad económica y laboral, las cuales eran explotadas y controladas con cámaras de seguridad para obligarlas a responder a los mensajes de las víctimas con el fin de incrementar los beneficios.

Los investigadores han detectado que los implicados habían planificado el envío de sms «premium» a través de Whatsapp que enlazaba a suscripciones de pago.

Algunas víctimas descubrieron que habían sido víctimas del fraude cuando comprobaban en internet el número de teléfono desde donde recibían los mensajes.

Los detenidos quedaron en libertad con cargos, aunque el juez acordó medidas cautelares. Están acusados de delitos de estafa, contra la seguridad social, pertenencia a organización criminal y blanqueo de capitales. La Guardia Civil recomienda denunciar este tipo de estafas aunque sean de menor entidad.