Agentes del equipo Roca de la Guardia Civil de Calp han detenido a once personas e imputadas a otras cinco, todas ellas trabajadores de una importante compañía de telecomunicaciones y de una subcontrata, por su presunta implicación en la apropiación indebida de dieciséis toneladas de cable de cobre de su empresa para venderlo posteriormente en chatarrerías de varios municipios de la provincia, según informó ayer la Comandancia de Alicante, que no precisó en qué municipios se llevaron a cabo de las detenciones.

La denominada «Operación Oro Siglo XXI» se inició el pasado mes de diciembre cuando los guardias civiles del equipo Roca de Calp realizaron una inspección en un centro de recuperación de metales de Benissa y detectaron un gran número de ventas de cable de telefonía que se habían realizado con asiduidad. Ante la sospecha de que la procedencia fuese irregular la Guardia Civil procedió a la intervención cautelar de 200 kilogramos de dicho cable para tratar de confirmar su procedencia.

Las gestiones de los agentes condujeron hasta la empresa propietaria del cable, que resultó ser una de las principales compañías nacionales de telecomunicaciones. Los investigadores verificaron asimismo que el cable procedía de unos depósitos que tiene la empresa, donde se almacena el cable en desuso para su posterior reciclaje con otra compañía con la que tiene contratado este servicio.

La Guardia Civil continuó con las pesquisas y acabó descubriendo que los ahora detenidos aprovechaban su condición de trabajadores de la empresa principal de telecomunicaciones o de su subcontrata para acceder a los depósitos de cable para ser reciclado, apropiarse de material y venderlo posteriormente de forma particular en chatarrerías de El Verger, Dénia, Benissa, Finestrat y San Vicente del Raspeig, así como en la localidad valenciana de Bellreguard.

Ventas

Para no levantar sospechas y aparentar que las operaciones eran legales, los implicados realizaban las ventas utilizando el uniforme de trabajo y el vehículo rotulado de sus empresas.

De esta forma la Guardia Civil calcula que han podido realizar unas ventas de aproximadamente 16 toneladas de cable en total.

Una vez fueron identificados los presuntos implicados, la Guardia Civil ha arrestado en los últimos días a 10 personas e imputado a otras 5 como presuntas autoras de delitos y faltas de apropiación indebida, respectivamente. Igualmente se detuvo a otra persona por un delito de hurto de cable de cobre. Además de las detenciones la Guardia Civil ha recuperado unos veinte kilogramos de cobre ya limpio, sin el aislante del cable.

Los detenidos y las diligencias instruidas por la Benemérita se pusieron a disposición del juzgado de Instrucción número 1 de Dénia.