La Fiscalía ha solicitado este martes una pena de 16 años y medio de prisión para un hombre al que acusa de maltratar a su compañera sentimental y violarla y amenazarla de muerte cuando finalizó la relación, en diciembre de 2009.

El juicio se ha celebrado en la sección primera de la Audiencia de Alicante. El acusado, quien acumula una condena anterior por violencia de género, ha negado las acusaciones y solo ha admitido haber propinado una patada en el costado a la víctima en presencia de un hijo menor de ella, según fuentes del Ministerio Público. El reo ha reconocido que mantuvo relaciones sexuales con su expareja pero ha matizado que éstas fueron consentidas por ambas partes.

Por su parte, la agredida ha ratificado la mayoría de las manifestaciones que ha realizado a lo largo del procedimiento. El fiscal del caso únicamente ha retirado de su escrito inicial uno de los cuatro delitos de malos tratos por los que solicitaba sendas penas de un año de cárcel al considerar que no había pruebas del mismo.

Ese escrito recoge que la relación de la pareja, residente en Petrer, se deterioró a partir de septiembre de 2009, cuando la mujer anunció al procesado que quería romper con él. Su pareja reaccionó entonces presuntamente de forma violenta, le amenazó y, tal y como ha reconocido en la vista oral, le dio una patada en un costado en presencia del hijo menor de ella.

Ya durante la madrugada del 24 al 25 de diciembre, la perjudicada acudió a casa del agresor y éste le pidió que le diera una segunda oportunidad. Ella se negó y el acusado se abalanzó con ella y, supuestamente, la violó. Unos días más tarde, el 31, la amenazó por teléfono con cortarle el cuello si no le devolvía 50 euros, según el fiscal.

El 10 de enero del año siguiente, estando en el bar de su padre, advirtió a la madre de la mujer de que iba a "acabar con su hija" y a "cortarle el cuello", así como a atropellar a la propia progenitora con el coche si la veía por la calle, siempre de acuerdo con el relato de la acusación pública.

"CLIMA DE HORROR"

Esta parte sostiene que todos estos episodios generaron en la víctima un "clima de horror que llegaba a anularla como persona". El miedo a la actitud violenta de su ex compañero sentimental la tenía la paralizada, "hasta el punto de no formalizar denuncia" alguna por lo sucedido en todo este tiempo.

El ministerio público ha calificado los hechos como tres delitos de malos tratos, por los que solicita la imposición de sendas penas de un año de cárcel, otro de agresión sexual, por el que reclama 9 años y medio de pena, un delito de maltrato habitual y otro continuado de amenazas, por los que pide tres y un año de prisión, respectivamente.

El fiscal aplica a la conducta del acusado la agravante de reincidencia, debido a la condena anterior por violencia de género, y la de parentesco, aunque acepta que se le rebaje la hipotética condena por la atenuante de drogadicción, ya que se encuentra bajo tratamiento por ese problema en la actualidad y la propia víctima ha declarado que iba bebido y drogado cuando la emprendía con ella.