La sección segunda de la Audiencia Provincial de Alicante ha impuesto tres años y nueve meses de cárcel a un hombre por intentar matar a su padre en Jávea en febrero del año pasado. El tribunal ha aplicado al procesado la atenuante de anomalía psíquica, pues sufría un trastorno mental cuando apuñaló a su progenitor con un cuchillo.

Los hechos sucedieron sobre las 14.00 horas del 8 de febrero de 2014 en la localidad cuando el acusado mantuvo una discusión con su padre y lo persiguió hasta casa de su hermana, donde la víctima se había refugiado, e intentó apuñalarle varias veces para acabar con su vida, al tiempo que le decía "hoy te mato, no te salvas, de aquí no sales con vida".

Así consta en la sentencia, hecha pública hoy, en la que se considera al acusado autor de un delito de homicidio en grado de tentativa. Además de a la pena de cárcel, el procesado, que se encuentra en prisión preventiva por esta causa, no podrá acercarse a menos de 200 metros ni comunicarse con el perjudicado durante cuatro años.

Cuando ocurrieron los hechos, el agresor tenía sus facultades cognitivas y la voluntad "mermadas como consecuencia del trastorno de control de impulsos que padece", según explican los magistrados en su fallo. Ese trastorno tiene un origen patológico y se caracteriza por "una idea paranoide crónica en relación a su padre", lo que le convierte en semiimputable en un proceso penal.

Sin embargo, no puede ser considerado inimputable, como alegaba la defensa, porque ni de las declaraciones de los testigos presenciales de la agresión ni de los partes de asistencia sanitaria realizados ese día "se justifica una alteración de conciencia y voluntad que permita reducir la pena en más de un grado". De hecho, los forenses que le examinaron dictaminaron que esa anomalía psíquica no alcanzaba el grado de psicótica.

La sentencia sustenta además la condena por homicidio frustrado en las declaraciones de varios familiares que presenciaron la agresión. Aunque el acusado dijo no recordar nada, durante el juicio, celebrado el pasado 15 de enero, su hermana confirmó que el acusado intentó clavar el cuchillo a su padre varias veces.

De hecho, la víctima llegó a espetarle en ese momento: "lo has conseguido, ahora sí me has matado". El procesado intentó golpearle después con una ensaladera de cristal, pero su hermana se lo impidió. A continuación, salió a la escalera comunitaria del edificio y trató de quitarse la vida.

EL PADRE REDUJO LA GRAVEDAD DE LOS HECHOS

La Audiencia aprecia en cambio "una clara voluntad de reducir la gravedad de los hechos" en el testimonio aportado por el padre del encausado. Según dijo la víctima, su hijo no quería matarle, ya que podría haberlo hecho sin problemas, y simplemente le "rozó" el costado izquierdo con el arma. Debido a esa herida incisa de unos tres centímetros de profundidad, el padre estuvo seis días hospitalizado y tuvo que ser operado de urgencia.

La sala entiende que la agresión ha de ser calificada como homicidio intentado por la utilización de "un arma muy peligrosa", porque las cuchilladas se dirigían a zonas vitales de la víctima y porque el propio acusado confesó a un vecino tras la agresión que quería matar a su progenitor. "En otras palabras, intentó quitar la vida a su padre, lo que no consiguió por circunstancias ajenas a él", concluye el tribunal.