La sentencia le ha declarado culpable del asesinato de su hermano por más que él intentara convencer al jurado de que sintió «como una nube» que le impedía recordar con claridad los hechos porque estaba bebido y tuvo un arrebato. La Oficina del Jurado de la Audiencia Provincial de Alicante ha condenado al hombre que acabó con la vida de su hermano tras una discusión en agosto de 2012 en el domicilio que ambos compartían en el barrio alicantino Colonia Requena. El fallo recoge que el procesado mató con tres cuchillos distintos a su familiar tras golpearle con un taburete en la cabeza y darle fuertes golpes.

Francisco M.C. asesinó a su hermano Julián provocándole un sufrimiento innecesario, tesis que sostuvo la fiscalía durante el juicio con jurado celebrado hace dos semanas, en el que el Ministerio Público solicitó 20 años de prisión. El fallo le condena finalmente a 17 años y seis meses por un delito de asesinato agravado por el parentesco. El tribunal no ha tenido en cuenta como atenuante la ingesta de alcohol, que considera no demostrada en base al informe del médico y el forense que le atendieron. Ambos negaron que padeciera alcoholismo crónico y que bebiera alcohol en ese momento porque las cuchilladas no hubieran sido posibles en una persona embriagada por la poca coordinación. También rechaza el fallo que concurriera la atenuante de arrebato solicitada por la defensa.

Los hechos sucedieron en la madrugada del 1 de agosto de 2012 en el domicilio familiar, ubicado en la calle Cronista Figueras Pacheco de Alicante, cuando Francisco M.C. golpeó con un taburete en la cabeza y asestó varias puñaladas a su hermano, quien falleció poco después.

Francisco entró en la habitación del hermano y utilizó un cuchillo jamonero para agredirle en el cuello y en el pecho. Al romperse el arma, cogió otros dos cuchillos, uno grande de metal con hoja de 30 centímetros de longitud y otro de 14 y siguió acuchillándole, hasta que falleció. Según la sentencia, al asestar las cuchilladas «propinó fuertes golpes y sucesivas puñaladas con distintos cuchillos y en diferentes partes del cuerpo de la víctima, aumentando deliberada e inhumanamente el dolor de ésta, ocasionándole un sufrimiento innecesario».

El fallo se fundamenta en tres pruebas principales. Los agentes de Policía manifestaron en el juicio que cuando se lo llevaban de la escena del crimen le dijo a su vecina «ves, Tere, al final me lo he cargado». En segundo lugar, los agentes declararon que el procesado les contó que había acabado con la vida de su hermano. Por último, la sentencia tiene en cuenta el cuchillo jamonero que se halló junto al cadáver. El condenado viene de una familia marcada por la tragedia. Es hermano, a su vez, de uno de los fallecidos en el triple crimen de la calle Cid de Alicante, ocurrido en 1985 cuando un menor de 15 años mató a tres personas en el centro de Alicante con una pistola que le había cogido a su padre.