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El juicio por un rapto en el cementerio por droga arranca con la víctima desaparecida

La mayoría de los acusados sólo responde a las preguntas de su abogado

A la cuarta fue la vencida. El juicio por un presunto secuestro en el cementerio de Alicante arrancó ayer en la Audiencia Provincial con la víctima en paradero desconocido. En la causa están imputadas catorce personas, aunque sólo a tres se les acusa de ser los autores materiales del secuestro. Al resto se les imputa pertenecer a una red de distribución de cocaína en la zona del cementerio de Alicante, un grupo al que pertenecía la propia víctima y por lo que está también acusada. La mayoría de los acusados se negaron a declarar y sólo accedieron a responder a las preguntas de su abogado, mientras que los que sí declararon negaron los hechos. La Fiscalía pide penas que suman más de 90 años de prisión por estos hechos.

La Fiscalía sostiene que la víctima del secuestro estuvo encerrada porque los miembros de la red en la que actuaba como correo le acusaban de haberse quedado un kilo de cocaína y 40.000 euros en metálico. La investigación apunta que durante el encierro fue torturado con descargas eléctricas, hierros incandescentes y golpeado con bates de beisbol. Todos los acusados volvieron a negar ayer haber tenido a una persona secuestrada en contra de su voluntad y rechazaron el haberle sometido a cualquier tipo de tortura. También negaron su relación con el narcotráfico y a los acusados a los que se les encontraron pequeñas cantidades en los registros de sus viviendas señalaron que era para su consumo.

La vista arrancó con dos acusados menos en el banquillo. Entre los ausentes estaba la víctima, que lleva desaparecida desde abril de 2013, cuando la vista se señaló por primera vez. La noche antes se acostó a dormir y cuando fueron a despertarle al día siguiente se encontraron con que había colocado la almohada para simular que estaba en la cama y desapareció sin dejar rastro. La Audiencia de Alicante ha dictado una orden de busca y captura contra él. Los acusados han venido sosteniendo que todo lo que ha denunciado es mentira y por eso ahora permanece escondido.

Ayer otro de los acusados no se presentó al juicio, pero la sala no quiso suspender y optó por juzgarle aparte en caso de que no se presente, ya que sólo se le considera un colaborador externo de la red.

Otro acusado, que estaba encarcelado por otra investigación distinta a ésta, anunció al comienzo del juicio que renunciaba a su abogado porque en estos meses que estaba en prisión ningún letrado había ido a verle. La sala no aceptó esta renuncia solicitada el mismo día del juicio tras tres suspensiones anteriores y forzó al abogado a continuar representando a su cliente.

Las defensas aprovecharon ayer para volver a pedir la nulidad de las escuchas telefónicas, que ya validó la Audiencia cuando hace un año lo pidieron los abogados.

Ayer buena parte de los interrogatorios se centraron en algunas de las escuchas para que los acusados se explicaran de qué hablaban realmente cuando la Policía interpretaba que lo hacían sobre droga. Al referirse a tortilla quemada, hablaban de eso: de que se les había quemado la comida; y decir que algo estaba «jamón, jamón» era porque era jamón. Algunos de los acusados admitieron tener problemas de drogodependencias, motivo que les habían causado rupturas matrimoniales por no haber sabido controlar su adicción.

La vista continuará hoy con la declaración de los agentes que intervinieron en la investigación, aunque no se descarta que el acusado que ayer no se presentó, lo haga ahora. Las sesiones están previstas durante toda esta semana y parte de la que viene.

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