La ginecóloga que atendió a la mujer de 32 años que falleció el pasado mes de marzo en una clínica de Alicante días después de dar a luz a una niña indicó ayer ante el juez que la actuación ginecológica fue la correcta durante toda la intervención. La facultativa, que prestó declaracion en calidad de imputada por un presunto delito de imprudencia, señaló que todas las prácticas fueron adecuadas .

La ginecóloga ha sido, hasta el momento, la única imputada por la muerte de la chica. Tras ella, declaró ayer como testigo el médico de urgencias que atendió a la víctima por una fiebre muy alta y a la que diagnosticó una faringitis, por lo que fue derivada a medicina interna. Este diario ha podido saber que, según su versión, no hizo más pruebas a la mujer debido a que ya venía de ser atendida en Ginecología según constaba en el historial de la misma en el hospital, aunque sí indicó que se realizó una exploración muy superficial.

Los hechos ocurrieron en marzo, cuando la mujer falleció por una septicemia 40 días después del alumbramiento. A mediados de febrero tuvo a su segundo hijo por cesárea y a principios de marzo acudió a la clínica Vistahermosa porque tenía fiebre alta. Inicialmente estuvo ingresada en medicina interna y once días después de que acudiera con fiebre le hicieron un legrado y le extirparon el útero, pero al parecer tenía ya una infección muy grave e ingresó en la UCI, donde falleció. La mujer era una policía nacional de tan solo 32 años destinada a Elche, aunque residía en Alicante con su marido y sus dos hijos.

Tras hacerse el juez cargo de la instrucción, se ordenó realizar un informe forense que descartó una mala praxis durante las actuaciones que se llevaron a cabo. Sin embargo, el juez decidió citar como imputada a la ginecóloga a la vista de que las pruebas sí recogieron que la causa de la muerte fue ginecológica.

Preguntada ayer, la facultativa manifestó ante el juez que se realizaron las pruebas indicadas cuando llegó la paciente a Ginecología y que se dieron los pasos correctos. A preguntas de la acusación particular, ejercida por el marido de la fallecida y representada por el letrado Miguel Ángel Garijo, explicó que no hubo una mala praxis en las actuaciones por los dos legrados y en la dilatación artificial practicada tras la cesárea para drenar, que por lo visto no se hizo. «La familia no quiere más que aclarar lo sucedido», indicó el letrado Garijo.

Informe pericial

La acusación particular presentó ayer al juzgado para que conste en autos un informe pericial realizado por el doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad Complutense de Madrid, Bartolomé Nadal, en el que se concluye que la actuación clínica global fue «intensa, prolífica y atenta» pero que «ginecológicamente no fue correcta».

El informe sustenta esta conclusión en dos puntos. El primero incide en que a la chica se le practicaron no uno, sino dos legrados pese a tener una infección, algo que no se debería haber hecho.

En segundo lugar, sostiene que en el historial clínico no aparece que se le realizara una dilatación digital tras dar a luz, impidiendo así el drenaje y, por tanto la limpieza del útero, posibilitando en mayor medida una infección. Pese a no constar en el historial, la ginecóloga señaló ayer en el juzgado que sí se le practicó la dilatación posterior a la cesárea.