Es el último escándalo en el que se ha visto envuelto el expárroco de Beniparrell y Albal, José Vicente O.P., que fue apartado de ambas parroquias por el Arzobispado de Valencia tras una sucesión de encontronazos con los vecinos por el pago de las cuotas de los nichos y después de ser interrogado en relación con la brutal paliza durante un robo a una anciana de Albal que se salvó milagrosamente de la muerte tras dos meses en coma.
La detención de José Vicente O.P., de 42 años, y los dos cómplices que le acompañaban se produjo en la madrugada del domingo al lunes, gracias a la llamada de un vecino de la calle Pintor Stolz de Valencia, que vio a tres hombres en el momento en que llegaban a bordo de un BMW a la puerta de un bar. El hombre se quedó mirando y observó cómo los desconocidos extrajeron herramientas del vehículo y empezaron a violentar la persiana, por lo que decidió alertar a la Policía Nacional.
Tres coches patrulla de ese cuerpo acudieron al lugar y detuvieron a los sospechosos en el momento en que huían. Gracias a la rápida respuesta policial, los agentes no sólo pudieron apresar a los fugitivos el sacerdote y los dos jóvenes que le acompañaban, un español de 22 años y un colombiano de 19-, sino también recuperar las herramientas que acababan de utilizar para empezar a forzar la persiana del bar, así como las que aún guardaban en el coche, propiedad del expárroco de Beniparrell y de Albal.
Según la información a la que ha tenido acceso Levante-EMV, el cura no ha querido colaborar con los investigadores, aunque los otros dos detenidos no sólo han admitido su implicación en el asalto frustrado gracias a la colaboración vecinal, sino también en otros sufridos por bares de diferentes punto de Valencia, en los que, según afirman, habrían desvalijado las máquinas tragaperras y de tabaco, además de las registradoras.
El caso ha pasado a manos del grupo de Robos de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Jefatura de Policía de Valencia, cuyos agentes tratan ahora de dilucidas en cuántos robos se habrían visto involucrados el cura y los otros dos presuntos ladrones. Desde hace al menos dos meses, numerosos bares de los distritos de Abastos, Trànsits y Russafa están sufriendo una oleada de asaltos nocturnos, en los que los ladrones se llevan tabaco y botines en metálico de apenas unos cientos de euros, en los que suelen utilizar herramientas como las intervenidas a los tres sospechosos del robo en el bar de Pintor Stolz.
