Andruta hubiera cumplido hoy 15 años. Murió ahogada el pasado 10 de julio en la piscina de un chalé del litoral de Benissa. Su prometido, Ferdinand, de 27 años, y sus amigos declararon que había sido un accidente e insistieron en que la adolescente no sabía nadar. Pero la familia de Andruta dudó desde el primer momento de esta versión. La madre de la chica, Gabriela Stanescu, sospecha de Ferdinand. Su abogada, Miriam Santamaría, ya se ha personado como acusación particular en el caso, que lleva el juzgado de instrucción nº 2 de Dénia.
Gabriela ya aseguró a varios periódicos de Rumanía que el novio de su hija se contradecía al explicar el supuesto accidente. También indicó que, cuando vio el cadáver de Andruta, le llamaron la atención los moratones que presentaba en la cara y en los brazos. La madre tiene previsto viajar en breve a España y, en ese momento, su abogada presentará su declaración en el juzgado. Pide a las autoridades españolas que investiguen la muerte de su hija y expone sus sospechas.
Gabriela recuerda que tuvo que firmar un poder notarial para que su hija, que era menor de edad, saliera de Rumanía. Esta familia, al igual que la de Ferdinand, es de etnia gitana, y las chicas suelen comprometerse y casarse muy jóvenes. El viaje a España debía ser el de compromiso. «Le rogué que cuidara de mi niña y él me lo prometió», indica la madre en su declaración.
El 10 de julio, dos días después de que la pareja llegara a España, Andruta murió ahogada. Su madre admite que no sabía nadar, pero está convencida de que nunca se hubiera metido sola en la piscina. Además, incide en que la encontraron vestida con falda y camiseta.
Explica que su hija y su prometido habían mantenido «numerosas disputas». Él tiene dos hijos de una anterior relación y su exmujer, Frumusika Lela,según asegura la madre, había advertido a la joven Andruta de que era «violento» y podía llegar a matarla.
