La Audiencia de Alicante sentó ayer en el banquillo al entrenador de un equipo de futbol femenino en la zona norte de la ciudad por haber violado a una de sus jugadoras, una joven de 16 años y por tanto menor de edad. La Fiscalía solicitó ayer para él una pena de ocho años de cárcel en un juicio que se celebró sin los principales testigos, ya que la familia de la víctima está en paradero desconocido. Aunque siguen personados en la causa como acusación particular, en la actualidad están viviendo en Nueva York y no han podido ser localizados. El acusado, que se encuentra en prisión, negó ayer los hechos y atribuyó la denuncia a una venganza contra él de los padres de la menor.
Los hechos denunciados ocurrieron la tarde del 20 de septiembre de 2011, cuando la víctima estaba en un parque público de la ciudad esperando al resto del equipo para el entrenamiento. Según el escrito de acusación de la Fiscalía, en ese momento llegó el entrenador, que le propuso dar una vuelta en la bicicleta mientras esperaban al resto. Cuando estaban en un descampado, el acusado empezó a hacerle proposiciones y a acariciarla, por lo que la joven intentó marcharse de allí. Comenzó un forcejeo, que terminó con la violación de la menor, que llegó a romper el himen de ésta, ya que era virgen, según la denuncia. En su relato, aseguraba que éste le llegó a darle un papel para evitar que la ropa interior se le manchara de sangre. A continuación se marchó con el resto del equipo a proseguir con el entrenamiento. Al terminar, el procesado advirtió a la joven que no dijera nada sobre lo ocurrido, y también la llamó por teléfono a casa para lo mismo al día siguiente.
El acusado negó ayer durante el juicio hasta el hecho de haber mantenido relaciones sexuales con la denunciante. Al no estar localizable la víctima, el tribunal optó por la lectura de las declaraciones que hizo ésta tanto en la Comisaría de Alicante, como en el juzgado de Instrucción tras presentar la denuncia. Por su parte, los forenses dieron credibilidad al relato que había hecho la joven.
El entrenador contaba con una condena por conducir sin el carné y con posterioridad a estos hechos, también se vio implicado en otro caso de presuntos abusos sexuales. La Fiscalía, basándose en las declaraciones de la menor y la falta de motivos espúreos para presentar una denuncia falsa, así como en los dictámenes psicológicos de los peritos mantuvo la petición de ocho años de cárcel. La defensa solicitó la libre absolución y planteó la existencia de contradicciones en el testimonio de la denunciante.
