Una avioneta con dos tripulantes a bordo realizó ayer un aterrizaje de emergencia en una finca agrícola de la huerta de Catral avioneta aterrizaje de emergencia Catral, en la comarca de la Vega Baja, tras producirse un fallo de motor que le impedía llegar hasta un aeródromo. El aeroplano estaba pilotado por un empresario de origen portugués que iba acompañado de su hija, quienes regresaban a Lisboa tras disfrutar de dos semanas de vacaciones en la Costa Blanca y las Islas Baleares. El aeroplano despegó desde Mutxamel con destino Lisboa pero a las 13.40 horas el piloto se vio obligado a efectuar una arriesgada maniobra para tomar tierra en una parcela de la huerta que concluyó con éxito puesto que los dos pasajeros resultaron ilesos, salieron del aparato por su propio pie y no precisaron ningún tipo de asistencia sanitaria. Afortunadamente, todo quedó en un susto.

El empresario portugués que protagonizó ayer este suceso se llama Miguel Gómez, tiene 50 años y asegura tener experiencia pilotando avionetas desde hace dos décadas. Fue él mismo quien tras realizar el aterrizaje forzoso y en un sorprendente estado de calma explicó a INFORMACIÓN cómo se habían desarrollado los acontecimientos. El piloto relató que sobre las 13.40 horas de ayer sobrevolaba la comarca de la Vega Baja cuando detectó que el motor del aeroplano no funcionaba de forma correcta, por lo que dio la voz de alarma a través del sistema de comunicación por radio. Enseguida se activó el protocolo de emergencia que movilizó a efectivos de la Guardia Civil, Bomberos de Almoradí, Policía Local y medios sanitarios de la organización Detente y Ayuda (DYA) desplazados desde Elche. Pero López aseguró que «no había tiempo para esperar y comenzamos a buscar un terreno llano y sin casas para aterrizar».

Tras volar por distintos pueblos de la Vega Baja, entre Almoradí, Callosa de Segura y Catral, el piloto encontró una parcela en este último municipio y comenzó a descender hasta que consiguió posar el aparato sobre tierra. Los tripulantes abandonaron el aeroplano comunicando antes por radio que la maniobra se había realizado de forma satisfactoria, aunque parte del aeroplano había quedado encallado sobre la tierra mojada de un cultivo que había sido regado recientemente.

En un primer momento se produjeron momentos de confusión porque ninguno de los dos tripulantes conocía en qué municipio se encontraban y no podían comunicarlo. Finalmente, los bomberos y las fuerzas de seguridad localizaron el aparato y se hicieron cargo de los dos miembros de esta familia, que no precisaron atención sanitaria al no sufrir ningún tipo de daños y al encontrarse además «muy tranquilos», según señaló el padre.

El aeroplano fue finalmente retirado de la parcela con la ayuda de una grúa poco antes de las 18 horas. El empresario indicó que volverá a Lisboa en el mismo avión si puede ser reparado en los próximos días y agradeció el dispositivo dispuesto para ayudarlos.