El empresario portugués que ayer pilotaba el aeroplano que aterrizó de emergencia en Catral, Miguel López, de 50 años, y su hija de 22 años, que lo acompañaba durante el vuelo y quien también dispone de licencia para pilotar avionetas, explicaron ayer a este diario que el aparato que protagonizó el incidente pertenece a la familia desde hace una década y aseguraron que ha superado con éxito todos sus revisiones mecánicas.

Tanto el padre como la hija afirmaban ayer desconocer cuál fue el fallo de motor que les obligó a aterrizar de forma tan precipitada en la finca agrícola para evitar un accidente que podría haber tenido trágicas consecuencias. Asimismo, recordaron que hace dos años sufrieron un percance similar en Portugal mientras volaban los dos juntos que se saldó igualmente sin provocarles ningún daño.

«Lo más importante de todo es mantener la calma porque los nervios no ayudan nada en esos momentos, y buscar un lugar seguro para poder aterrizar», señaló el empresario, quien apuntó que este incidente no le impedirá ponerse de nuevo al mando de su avioneta en cuanto esté reparada. m. a. r.