La Fiscalía ha acusado a una pareja de Elche de haber maltratado en varias ocasiones a su bebé de tres meses, al que los médicos detectaron media docena de fracturas y lesiones, por lo que el Ministerio Público solicita a la vista de los informes médicos 18 años de prisión para cada uno de los progenitores por presunto maltrato continuado al niño.

Concretamente, el fiscal les acusa de un delito de maltrato habitual en el ámbito familiar, por lo que pide tres años de cárcel para cada uno, a lo que habría que sumar otros 15 años de prisión por otros tres delitos concretos de maltrato a menor de 13 años cometidos presuntamente en distintos momentos del tiempo. El acusador público también exige como pena que se les retire a ambos la patria potestad y que se imponga una orden de alejamiento respecto de su hijo por un tiempo de ocho años.

El matrimonio iba a ser enjuiciado a finales de julio en el juzgado de lo Penal número 2 de Elche, pero cuestiones formales en la notificación a la acusada obligaron a suspender el juicio, que se celebrará ya el año que viene, según señalaron fuentes judiciales a este diario.

El pequeño, con solo tres meses de vida, podría haber vivido un infierno según se desprende de las lesiones concretas que revelan los informes médicos que han basado la investigación, seguida por el juzgado de Instrucción número 5 de Elche.

El menor tenía media docena de fracturas, la mayoría en brazos y en zonas del pie, y según consta en la acusación del fiscal, a la que ha tenido acceso este diario, «todas ellas son de origen traumático, siendo las metafisarias distales en extremidades inferiores características de traumatismo por arrancamiento, es decir, estiramiento con fuerza de extremidades». Asimismo, el fiscal descarta otras patologías óseas congénitas, metabólicas y hormonales. No obstante, la defensa siempre ha mantenido, y así lo trasladó durante la investigación, que el pequeño sufre el mal de los huesos de cristal, lo que podría explicar las fracturas del menor y las zonas en las que éstas se localizaron.

Los hechos se remontan a octubre de 2010, cuando los padres llevaron al bebé, con solo tres meses de edad por entonces, al Hospital General de Alicante porque tenía el brazo hinchado por una caída. Tras observar al menor, el propio hospital activó el protocolo por unos posibles malos tratos ya que los médicos detectaron diversas fracturas compatibles con un caso de maltrato infantil.

Poco después y tras ser dado de alta el niño, los padres fueron detenidos en Torrellano y puestos a disposición del juzgado de guardia de Alicante, que les dejó en libertad con cargos tras su declaración, donde alegaron que las roturas en los huesos podrían deberse a una caída o a una enfermedad congénita. La defensa, ejercida por el letrado José Luis Sánchez Calvo, mantuvo desde entonces la tesis de una enfermedad en los huesos.

Un juzgado de Elche se encargó de la investigación y Bienestar Social declaró al menor en situación de desamparo, según ha podido saber este diario.