El crucero que encalló en enero de 2012 en aguas de la isla italiana de Giglio causando la muerte de 32 personas concluyó ayer su último viaje con la llegada al puerto de Génova, donde se prepara ya para su desguace. El Costa Concordia arribó tras ser reflotado y arrastrado por dos remolcadores y acompañado de otras 12 naves de supervisión. Los empleados del puerto retirarán el mobiliario que no sea metálico durante los próximos cuatro meses, para proceder después a su desguace.