Adriana D., de 51 años, es una de las ocho víctimas del accidente ocurrido en la A-7. Volvía a su país tras pasar dos semanas de vacaciones con su hija Andrea Bucea, quien reside en la localidad almeriense de Roquetas de Mar desde hace ocho años. Su hija se desplazó a Alicante junto a varios allegados y señaló que Adriana, asistente en un centro de menores de Rumanía, «se reincorporaba hoy a su trabajo, pero está aquí dentro», en alusión al tanatorio.

«Me enteré del accidente por televisión», relató Andrea. Además, denunció que duda «de que sea muy legal» la empresa que realizaba el viaje en la furgoneta. «He llamado al chico de la empresa y me dice que no puede hacer nada», indicó Andrea, quien criticó que éste ya no le volvió a coger el teléfono, «ni a mí ni a la Guardia Civil». «Hay que luchar para que esto no quede así, pues la ley está para que se cumpla», dijo.