Una juez de Alicante ha condenado a cinco empresarios de la construcción a indemnizar mediante la responsabilidad civil con 550.000 euros a un albañil que quedó inválido con 16 años tras un accidente laboral mientras prestaba sus servicios en una obra de Aspe.

El joven cayó por un hueco del ascensor desde la altura de un cuarto piso tras no cumplir la obra las medidas de seguridad requeridas, según queda acreditado en el fallo, al que ha tenido acceso este diario. La juez incide en que el albañil quedó impedido para desarrollar las «labores cotidianas» diarias después de haber pasado un tiempo en coma.

La sentencia dedica más de media página a enumerar los distintos daños que el trabajador sufrió en su cuerpo como consecuencia del golpe, producido por la falta de sujeción de un maniquillo que se encontraba mal sujeto. La juez ha impuesto una multa a los empresarios durante un mes y medio -en sustitución de un mes y medio de prisión para cada uno- por un delito contra los derechos de los trabajadores y cifra la indemnización al trabajador por los daños causados en 550.000 euros, entre ellos numerosos traumatismos, pérdida de dedos y alimentación por vía parental.

Los hechos ocurrieron el día 26 de septiembre de 2003 a las 8,30 de la mañana. El joven llegó a trabajar a la obra para la empresa Construcciones JAM, cuyos administradores han sido condenados en un juicio por conformidad una pena de multa y el pago de 550.000 euros a modo de reparación de los daños. La sentencia condena también al representante legal de la promotora que subcontrató a la otra empresa, Rotonda Vistahermosa S.L.; al encargado de la obra, al arquitecto de la misma y al responsable de elaborar el plan de seguridad.

Según los hechos probados, el joven, español de 16 años, se precipitó al vacío desde el cuarto piso por el hueco existente en el ascensor mientras manejaba un maniquillo elevador instalado en la cuarta planta. En el momento del accidente el trabajador se encontraba manejando maquinaria con pasta de cemento y fue arrastrado por el maniquillo hasta el sótano.

Anclajes mal colocados

La obra «carecía de las medidas de seguridad adecuadas: el maniquillo se encontraba instalado indebidamente». Se encontraba anclado por presión y no al forjado, como requería el propio Plan de Seguridad de la empresa, que obligaba a «anclar el maniquillo mediante abrazaderas metálicas a puntos sólidos del forjado», lo que hubiera evitado la caída. Además, el chico no recibió la formación necesaria para desarrollar ese trabajo con seguridad, según la sentencia.