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El ADN en un guante lleva al banquillo a una mujer por asaltar un chalé en Pedreguer

La acusada se enfrenta a penas que suman 16 años de cárcel por intervenir en el robo con cuatro encapuchados que no han sido localizados

La acusada ayer bajando del furgón policial a su llegada a la Audiencia de Alicante JUAN CARLOS VALDIVIA

La Audiencia de Alicante juzgó ayer a una mujer por el asalto a un chalé de Pedreguer por parte de un grupo de encapuchados en mayo de 2010. Aunque en el golpe participaron cinco personas que ataron y amordazaron a los propietarios del inmueble, sólo dos de los asaltantes han podido ser identificados por las pruebas de ADN y uno de ellos está en paradero desconocido. Por ello, ayer sólo se pudo llevar al banquillo a una de las personas implicadas. El ADN de esta mujer apareció en un guante que se encontraba junto a los coches robados durante el atraco.

La Fiscalía reclamó ayer penas que suman 16 años de prisión para la acusada por los delitos de robo con violencia, detención ilegal y lesiones. Antes del juicio, las partes estuvieron negociando la posibilidad de algún tipo de acuerdo, pero sin resultado alguno. La acusada negó ayer en el juicio cualquier tipo de intervención en el golpe y aseguró que en aquella época ella trabajaba en la zona de Oliva recogiendo naranjas en el campo, por lo que si su ADN se encontraba en uno de esos guantes sería porque alguien se lo habría cogido.

Los hechos ocurrieron el 14 de mayo de 2010 en un chalé en una partida de Pedreguer, donde un grupo de cinco encapuchados ató y amordazó a los tres moradores que en ese momento se encontraban en el interior: la propietaria del inmueble, su hija y el novio de ésta. Los moradores se encontraron en plena noche a los encapuchados en el interior de su casa. Durante el atraco, los asaltantes les obligaron a abrir la caja fuerte para que les entregaran todo el dinero que tuvieran dentro. Una vez finalizado el registro, los ladrones se sentaron tranquilamente a cenar en la casa que acababan de desvalijar, mientras sus moradores permanecían atados e indefensos.

Por este motivo, el fiscal considera que además del robo se cometió un delito de detención ilegal. Los asaltantes cogieron las llaves de los dos coches que tenían estacionados los dueños de la casa y se los llevaron. El total del botín ascendió a 3.900 euros en metálico y varias joyas. Los vehículos aparecieron varios días después abandonados en un descampado de Sagunto. En el interior fueron encontrados, los guantes y varias de las prendas que los encapuchados llevaban durante el golpe. En ellos se encontraron rastros genéticos que fueron los que llevaron a la Guardia Civil a determinar la identidad de dos de los asaltantes, uno de ellos de el de la acusada.

Una de las víctimas también identificó a la presunta asaltante a través de las fotografías que posteriormente se les mostró en sede policial. A pesar de que ésta habría actuado encapuchada, la mujer insistió en que fue por los ojos por lo que la habría reconocido. Ayer mismo en el juicio, también dijo reconocer a la acusada como una de las personas que estuvo en el asalto a su casa. De las tres víctimas, la hija pidió declarar a través de un biombo para no tener que ver a la acusada.

El abogado de la defensa puso en duda todos estos reconocimientos al sostener que los ojos de su representada no tenían nada en especial que la hubieran permitido identificarla luego, mientras que en el reconocimiento hecho ayer durante el juicio la mujer ya conocía perfectamente a la acusada.

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