Seis acusados de participar en el desembarco de 1.200 kilos de hachís en una zona de calas de El Campello en el año 2009 negaron ayer durante el juicio oral su implicación en estos hechos, pese a que algunos de ellos fueron detenidos con la ropa todavía húmeda y con restos de arena y algas en las piernas tras ser interceptados por la Guardia Civil en los vehículos que, presuntamente, se utilizaron en la carga y descarga de los fardos.

En las diligencias, el fiscal acusa a un séptimo implicado que no ha sido localizado y se ha declarado en rebeldía.

Los seis acusados negaron ayer ante la juez de lo Penal número 1 de Alicante haber formado parte de la operación, en la que supuestamente se utilizó una embarcación nodriza procedente de Marruecos y una lancha que terminó hundida en unas calas.

En ellas se hallaron varios fardos de hachís, así como en la zona marítima en la que fueron detectadas las embarcaciones. Una veintena de fardos estaban hundidos y fueron rescatados por el grupo de buzos de la Benemérita. En total, la Guardia Civil y Salvamento Marítimo se incautaron de 41 fardos, que se entregaron a Sanidad procedentes, supuestamente, de la misma operación y que hubieran tenido un valor en el mercado de 1.700.000 euros.

Los hechos se remontan a septiembre de 2009, cuando la Guardia Civil recibió un aviso anónimo en el que se alertaba de que en la Cala Merced de El Campello había movimientos extraños. Los agentes montaron un dispositivo de vigilancia alrededor del mediodía que permitió comprobar que un vehículo todoterreno remolcaba un barco tipo taylor y que lo dejaba en el agua metiéndose el vehículo también en el mar hasta la altura de las puertas. Durante el dispositivo, los agentes vieron que esta operación se repitió, y también detectaron un turismo con dos personas dentro que parecían estar realizando labores de vigilancia típicas de los desembarcos.

Detenciones

Tras salir de la zona cada uno de los vehículos, los agentes prepararon dos grupos para detener los coches, y tras lograrlo -uno en La Vila y el otro casi en la puerta del cuartel de la Guardia Civil de El Campello- arrestaron a sus ocupantes. Algunos de los detenidos, según los guardias civiles que ayer testificaron, aún tenían restos de agua, arena y algas en las piernas, así como el interior de los coches, algo que las defensas achacaron a que ese día había llovido. Poco después se produjo una nueva detención: la del propietario a cuyo nombre figuraba una de las embarcaciones presuntamente utilizadas para descargar los fardos. Este imputado acusó ayer a otro de los procesados, que según dijo había sido novio de una familiar suya, de haberle robado su documentación para falsificar un contrato de compraventa del barco a su nombre.

En los coches fueron requisados 15 móviles y tarjetas SIM así como un mando que abría un garaje cercano a Cala Merced donde supuestamente se estaba escondiendo el alijo. El fiscal pide para cada acusado cuatro años y medio de cárcel por tráfico de drogas.