La banda liderada por Cásper había preparado minuciosamente el robo de 204 kilos de cocaína que llegaron en un contenedor de piñas al Puerto de Valencia en marzo de 2011. La organización tenía controlada la nave de Riba-roja donde iban a depositar los narcos la droga pero en el último momento los traficantes cambiaron de parecer y la mercancía acabó en Talavera de la Reina, donde la droga fue interceptada por la Policía Nacional. Asimismo, en septiembre de 2010 esta misma banda planeó el «vuelco» de 2.000 kilos de cocaína en el Puerto de Alicante. Para ello adquirieron un complejo sistema de pilotaje automático para dirigir una embarcación a control remoto.

Con la finalidad de introducir dinero en el circuito ilícito, Cásper y sus acólitos también pretendían adquirir un hotel en Santa Pola por diez millones de euros para convertirlo en el prostíbulo más grande de Europa. Para ello pagaron una fianza de 785.000 euros y pactaron un alquiler de 40.000 euros mensuales.