Cuatro integrantes de una banda de butroneros admitieron ayer en el juicio oral celebrado en la Audiencia Provincial de Alicante que asaltaron la vivienda de la encargada de una joyería de L'Alfàs del Pi a la que ataron, amordazaron y agredieron para que les entregara el número de la caja fuerte.

Los acusados, actualmente en prisión preventiva, aceptaron durante un acuerdo de conformidad seis años de prisión por los delitos de robo con fuerza, robo con violencia, pertenencia a grupo criminal y retención ilegal por el secuestro de la mujer. El reconocimiento de los hechos rebajó la petición de cárcel del fiscal desde los 15 años a los seis a los que ayer fueron condenados por la Sección Tercera de la Audiencia Provincial.

La conformidad se alcanzó después de ocurrir un percance con la cerradura de los calabozos improvisados de la Audiencia, ya que los letrados no pudieron hablar con los acusados durante un buen rato por un atasco en la cerradura de los calabozos, lo que retrasó el juicio.

Los hechos por los que han sido condenados un español y tres rumanos ocurrieron en junio de 2011, cuando entraron en casa de la encargada de la joyería Ebla de L'Alfás del Pi a través de dos grandes agujeros que realizaron en la vivienda de al lado. Una vez dentro, registraron el domicilio y se apoderaron de las joyas que encontraron. Luego, tapados con pasamontañas, esperaron a que la empleada llegara, según recoge el escrito de acusación del fiscal. Cuando ésta entró sobre las 21:15 horas se abalanzaron sobre ella, le arrebataron el reloj y el bolso y la arrojaron en la cama, donde la inmovilizaron atándola de pies y manos con bridas de plástico. La amordazaron y le presionaron el rostro con una almohada, siempre según el escrito del fiscal. Uno de ellos sacó unas llaves de su bolso y otro le golpeó para que dijera cual era la que abría la joyería así como la clave de la caja fuerte.

El robo se cometió a las 4 de la mañana. Con la información que tenían tras agredir a la mujer y con las llaves en mano robaron todas las joyas depositadas del local, valoradas en 125.000 euros, y las guardaron en calcetines cogidos en casa de la víctima. El ladrón que se quedó con ella esperó una hora más para asegurarse de que no llamaba a la Policía. Fueron detenidos tras huir a la provincia de Madrid.