La mujer asesinada en El Campello la pasada semana fue en los años 90 concejal en Lorca, el municipio donde trabajaba el principal sospechoso del crimen, que anoche aún no había sido apresado por las autoridades. La fallecida es Alicia Zambrana Torregrosa, una alicantina de 58 años que durante años residió en la localidad murciana, donde se casó, tuvo tres hijos y que tras divorciarse hace unos años regresó a la provincia, donde actualmente residía en El Campello.

La mujer realizó sus estudios en el IES Bahía de Babel de Alicante, y fue concejal del PSOE en Lorca entre 1995 y 1999, siendo regidora de Turismo y Artesanía. En Lorca se casó con Ginés García Aguera, funcionario municipal, y ayer llegó hasta allí su cadáver para proceder hoy al funeral.

Por el tanatorio pasaron ayer muchas personas a dar el pésame a su exmarido, muy conocido en el pueblo, entre ellos varios concejales y exconcejales. A las 17.00 horas tendrá lugar el entierro.

En los rostros de las personas que acudieron hasta el tanatorio lorquino se veía reflejada la rabia y la impotencia ante un hecho al que nadie encuentra justificación alguna, como ha sido la muerte de Alicia Zambrana.

Por la capilla ardiente pasaron también los amigos y amigas de los hijos de la fallecida con un comentario común: el hecho de que la fallecida no haya podido conocer a su primera nieta que está previsto que nazca en unos diez días.

Aunque residía en Alicante, Alicia Zambrana, solía acudir con asiduidad por Lorca donde algunas de sus amistades la vieron por última vez, durante las pasadas navidades. Fuentes de la familia señalaron que el hecho de que el supuesto autor del crimen trabajara en Lorca es una coincidencia, recordando que a esta persona la conoció días antes del suceso. Precisamente este hombre es el principal sospechoso, un varón de origen paquistaní que trabajaba como peón en el campo de Lorca.

El autor del asesinato dejó el cadáver tapado con una manta en el sofá, maniatado, con un trapo en la cabeza ensangrentada. Además, se llevó un ordenador y varias tarjetas bancarias, por lo que la principal hipótesis es que el móvil sea un robo, aunque no se descarta un caso de violencia de género. Se desconoce si existía una relación de amistad o algo más con el sospechoso del crimen.

Fuentes cercanas a la investigación explicaron que es posible que la mujer hubiera muerto horas antes del hallazgo realizado a las 20.00 horas por una familiar que vive en el mismo vial, la calle Jacinto Benavente, y que estaba preocupada porque no podía contactar con ella.