No es la primera vez que la detenida, que ayer ingresó de forma provisional en prisión por orden del juez de guardia, se enfrenta a una imputación vinculada a los malos tratos. Sobre la mujer pesa un historial policial y judicial por lesiones a una allegada -sobre la que le impusieron una orden de alejamiento tras un episodio violento que quebrantó llamándola por teléfono- y maltrato a otro familiar.

Con estos antecedentes a sus espaldas y sobre la mesa del fiscal, y con los hechos ocurridos en la madrugada del martes al miércoles, la ahora encarcelada tuvo que enfrentarse ayer a una nueva acusación de maltrato. Esta vez el juez la imputa por un maltrato continuado a la menor a la que cuidaba, hija biológica de su pareja, quien actualmente está cumpliendo una pena de prisión. Los altercados familiares no son nuevos para esta mujer de 32 años. Sin embargo, nada hacía presagiar un desenlace como éste, en el que las circunstancias han tocado techo con la muerte de la niña y con su madrastra como principal responsable del fallecimiento y de los malos tratos que, al parecer, recibió. Un indicio al que se suma una autopsia que revela síntomas de agresión sexual. La investigación, actualmente en secreto, intentará esclarecer qué pasó aquella noche y a qué se deben las lesiones que presentaba la menor en el momento de su muerte.