La suerte ha querido que tres personas, desconocidas entre sí y sin ningún lazo entre ellas, estén unidas por un policía nacional. Un agente del Cuerpo Nacional de Policía, director de la oficina de denuncias de la comisaría de Elda-Petrer, salvó el miércoles la vida de una mujer que presentaba síntomas de asfixia y que se encontraba inconsciente después de haberse atragantado mientras estaba en su vivienda de la avenida Catedrático Soler de Alicante. Rubén Gutiérrez, el ángel de la guarda de esta mujer de 47 años, es el mismo agente que en enero salvó la vida a una mujer que cayó a las vías del metro de Madrid tras sufrir un desmayo momentos antes de que pasara un convoy.

Otra niña de cuatro años que se encontraba en un lago de Croacia y que cayó al agua tuvo cerca también a Rubén, que disfrutaba de unas vacaciones en el mismo sitio que ella. Sin pensárselo dos veces, se tiró a rescatar a la pequeña.

El agente, subinspector de la Policía Nacional, relató ayer que se desplazó desde la Comisaría de Elda a la de Alicante por «asuntos logísticos». Cuando regresaba, nada más salir de la comisaría provincial, fue requerido en la vía pública por un ciudadano porque en el portal del número 38 de la avenida Catedrático Soler había una mujer inconsciente y con síntomas de asfixia. «Yo iba en el coche y con el uniforme y un hombre prácticamente se tiró encima pidiendo ayuda», señaló Rubén Gutiérrez.

En ese momento, el policía comunicó el suceso a los servicios sanitarios de emergencia e inició las maniobras de reanimación. Incorporó a la víctima y le practicó la maniobra de Heimlich. «Luego la puse en posición de seguridad para permitir la respiración y la tranquilicé, porque la oí toser, y eso fue una buena señal», precisó.

La mujer, que se había atragantado con la comida, llevaba puesto el pijama y estaba descalza. «Estaba en su casa y se atragantó, y se ve que la bajaron para pedir auxilio. Esto le puede pasar a cualquiera y hay que reaccionar con rapidez», dijo. La víctima fue atendida por los sanitarios y trasladada a un centro médico.

Familiares de la mujer le llamaron con posterioridad para agradecerle el gesto. Es cuando él pudo confirmar que la víctima estaba recuperada. «Te sientes bien porque la Policía no está solo para detener a los malos. Cosas como esta también hay que contarlas, no solo hay que significar lo malo, sino también las cosas buenas que pasan en la vida», añadió.

El pasado 21 de enero el mismo agente salvó a una mujer de ser arrollada por el metro en Madrid, una acción humanitaria que le reportó numerosas entrevistas en medios de comunicación, ya que las imágenes captadas en la estación reflejaban lo ocurrido con nitidez. En este caso era una joven que sufrió un desmayo y que cayó a las vías cuando el convoy estaba entrando en la estación de Marqués de Vadillo. El policía escuchó el impacto de algo en la vía y vio gente asomarse. «Me di cuenta de que era una persona y me lancé a la vía para sacarla de allí. El conductor del tren pudo frenar a tiempo al verme».

El vídeo que captó las imágenes que ayer recordaba con orgullo muestra claramente como una joven que cae a la vía tiene tras de sí a un convoy entrando a la estación y cómo nadie hizo nada, salvo mirar. Rubén estaba en la esquina del andén y corrió hasta la víctima al saltar a la vía sin dilación. «Tuve que pedir ayuda para volver a subirla al andén, pero ahí ya estaba despertando». El verano pasado, en los lagos de Plitvice (Croacia), Rubén rescató a una niña de cuatro años que cayó al agua.

Fichero

Este subinspector informó ayer de que la Secretaría de Estado y Seguridad ha creado un fichero para este tipo de servicios humanitarios.