Despachos llenos de polvo y cascotes, salas de vistas con agujeros en las paredes, cables colgando del techo. Éstas son algunas de las imágenes con las que cualquier visitante de la Audiencia puede encontrarse durante estos días. La Conselleria de Justicia comenzó el pasado junio con las obras de rehabilitación del edificio que se iba a acometer por fases para evitar trasladar a todo el personal a un nuevo edificio mientras se desarrollaban los trabajos. Sin embargo, la empresa que está ejecutando los trabajos se ha encontrado con problemas en la estructura del inmueble, por lo que está reforzando todos los pilares planta por planta. Esto ha obligado a ir tirando tabiques para acceder a las columnas e ir colocando soportes metálicos.

Los trabajos se desarrollan principalmente durante la tarde para interferir lo menos posible con la actividad judicial. Por lo que cada día, cuando el personal llega a trabajar, se encuentra con una nueva sorpresa. Ayer los fiscales se encontraron con que los albañiles se habían metido a picar paredes en sus despachos. A primera hora de la mañana, el polvo y los cascotes habían manchado los expedientes que tenían sobre la mesa.

«No digo que no trabajen, pero en otras obras por lo menos cubre con plástico todo para no manchar», se quejaba ayer un fiscal. Al menos cuatro fiscales no podían entrar a sus despachos a primera hora de la mañana a la espera de que terminaran de limpiar y colocaran el mobiliario en su sitio.

El panorama no es mejor en las salas de vistas. Grandes boquetes adornan las paredes, hasta el punto de que en ocasiones desde el pasillo se puede oir lo que se dice dentro. «Esto puede ser hasta motivo de nulidad de un juicio», aseguraba ayer una abogada, dado que los testigos que van a declarar se supone que no deben escuchar lo que se ha dicho dentro. Algunos jueces han optado por decir a los agentes judiciales que despejen los pasillos y coloquen a los testigos en el extremo más alejado para evitar que oigan nada que no deban. Otros se preguntan si no deberían ir con casco dado que se encuentran en una zona en obras. Los trabajos están provocando situaciones tan surrealistas como que una magistrada pueda ver desde el agujero de la pared de su despacho a los detenidos de todos los juicios y escuchar las conversaciones entre ellos.

El grueso de los trabajos se sigue centrando en la planta baja del edificio donde se está haciendo la nueva sala de vistas que compartirán la Sección Décima y los procesos con jurado popular. En su día se dijo que esa sala estaría acabada en septiembre, pero el plazo ya se ha retrasado a diciembre.