Han pasado ya 16 años desde que Canal 9, a través de su denostador programa «El juí d'Alcàsser», dedicara horas y horas de emisión a cuestionar la investigación oficial de los asesinatos de Toñi, Miriam y Desirée, y todavía hoy siguen dando coletazos aquellos que en su día inventaron una supuesta teoría de la conspiración e intentaron sacar rédito y lograr notoriedad a costa de las muertes de estas tres adolescentes. El último en aparecer en escena ha sido Francisco H. P., un policía local de Xàtiva detenido por hacerse pasar por agente secreto para presuntamente estafar a mujeres y obtener favores sexuales de éstas, quien en su día se presentaba en el citado programa de televisión como un experto en sectas satánicas y apoyaba la creencia de que los signos que presentaban los cadáveres correspondían a algún tipo de ritual.

El tiempo le ha dado la razón a los guardias civiles, forenses y fiscal que investigaron con tesón y exhaustividad los crímenes de Alcàsser y ha puesto en su sitio a quienes «por afán crematístico, de notoriedad, de resentimiento o por cualquier otro tipo de ánimo ilegítimo» pusieron de manifiesto «las más descabelladas teorías sobre lo acontecido», según detallaba claramente la Audiencia Provincial de Valencia en la sentencia que condenaba al criminólogo Juan Ignacio Blanco y a Fernando García, padre de una de las niñas asesinadas en 1992.

Ellos fueron los principales artífices de esta teoría de la conspiración, apoyados por las cadenas de televisión que les dieron pábulo, y por ello los que han pagado más duramente las consecuencias de sus peligrosas elucubraciones. Así, la Audiencia de Valencia los condenó en 201o a penas de un año, tres meses y un día de prisión para cada uno de ellos por un delito de calumnias y al pago de 430.000 euros en concepto de indemnización para los cuatro forenses, los tres guardias civiles y el ex fiscal jefe calumniados injustamente.

El ente público valenciano tampoco se fue de rositas por el juicio paralelo que realizó durante los meses de mayo y septiembre de 1997 y en 2011, en plena situación de quiebra técnica, tuvo que desembolsar los 430.000 euros de la indemnización como responsable civil solidario. Según la sentencia, RTVV «compró un producto ya conocido con objeto de beneficiarse de la audiencia y la publicidad que ello le pudiera reportar» y por ello le corresponde «reparar el daño que eran conscientes que iban a determinar esas personas García y Blanco con sus declaraciones».

A Juan Ignacio Blanco y Fernando García se sumaron una serie de personajes que desfilaron por el programa de Canal 9 para apoyar las más rocambolescas teorías sobre los crímenes de Alcàsser. Entre ellos precisamente el policía local de Xàtiva detenido la semana pasada por simular ser espía para engatusar a mujeres, a quienes les ofrecía la posibilidad de convertirse en agentes secretos a cambio de dinero y sexo. En aquel entonces el agente se presentaba como «aficionado a los fenómenos paranormales e investigador de personas que adoran a Satanás». Años después su imaginación no ha decaído y le hizo crear una ficción propia del novelista Ian Fleming, hasta acabar detenido por su codicia.