El antiguo cementerio compostelano de Bonaval acogió ayer por la tarde un emotivo homenaje civil a las víctimas del trágico accidente de tren. Un sencillo acto protagonizado por la música y el silencio, y en el que se reconoció también el gesto humano y abnegado del personal de emergencias y los vecinos del barrio de Angrois, el lugar donde descarriló el tren. El acto fue organizado conjuntamente por el Parlamento de Galicia, la Xunta y el Ayuntamiento y en él estuvieron presentes personalidades de la política, la cultura, la educación y la sociedad civil gallega. El gaiteiro Xosé Manuel Budiño fue el encargado de abrir el homenaje celebrado en los jardines del cementerio. El momento más sobrecogedor se vivió en el lugar del siniestro, donde vecinos del barrio de Angrois esperaban con cirios que levantaron al paso del convoy, que circuló por la misma vía y cuyo conductor les respondió saludándolos con la mano.