Cientos de personas acudieron ayer al entierro de Consuelo Iglesias Oreiro, la vecina de Rojales, y Aurelio Rodríguez, de Calp, que fallecieron en el trágico accidente ferroviario de tren ocurrido el pasado miércoles a la entrada de Santiago de Compostela. Vecinos, amigos y exalumnos de la maestra participaron en el sepelio, donde el templo se quedó pequeños para todos los que quisieron arropar a la familia.

Los restos mortales de esta vecina de Rojales fueron trasladados durante la madrugada del viernes al sábado hasta un tanatorio próximo a la localidad. Poco antes de las 11 horas de ayer, el coche fúnebre llegaba a la plaza de la Iglesia de Santiago Apóstol. Al finalizar, el féretro quedó instalado a las puertas de la parroquia para que todos los vecinos pudieran dar el pésame a su marido y sus dos hijos. Consuelo Iglesias llegó a Rojales hace más de tres décadas para trabajar en el colegio y era natural de Galicia. La fallecida viajaba el pasado miércoles para celebrar la festividad del patrón junto a su hermana y su cuñado, e iba a aprovechar para reencontrarse con sus compañeras de colegio. Entre las coronas de flores se podían leer mensajes de distintas promociones de exalumnos del colegio Príncipe de España, donde la maestra ejerció durante décadas, de comparsas de Moros y Cristianos, compañeros de trabajo, amigos, familiares y autoridades locales. Finalmente el ataúd fue portado a hombros hasta el cementerio municipal. El municipio guardará un día más de luto.

Por su parte, los vecinos de Calp dieron ayer también un último y emocionado adiós a Aurelio Rodríguez Cruañes, el empresario jubilado de 67 años que viajaba en el tren de la tragedia de Santiago. Sus restos mortales llegaron a las 9 de la mañana al tanatorio de Xàbia y a las 11 horas fueron llevados al cementerio de Calp, donde el féretro permaneció en la sala-velatorio. Cientos de vecinos acudieron a dar el pésame y solidarizarse con la familia. Los hijos de Aurelio, Adrián y Natalia, estaban rotos de dolor. Recibieron numerosas muestras de solidaridad y cariño. A las 20 horas, tuvo lugar una misa funeral en la iglesia de la Merced. La muerte de Aurelio, quien nació en Xàbia pero se sentía de Calp, donde vivía desde hace más de 40 años, ha provocado honda consternación. Al funeral, asistieron, entre otros, el Síndic de Greuges, José Cholbi, xabiero y amigo personal suyo, el alcalde de Calp, César Sánchez, y el diputado David Serra. Aurelio fue presidente del PP de Calp entre 1983 y 1991. Además, acudieron muchísimos amigos y empresarios calpinos. Hoy el féretro permanecerá en el tanatorio de Xàbia antes de su incineración.