Las víctimas del metro de Valencia han vivido el mismo horror por el que ahora están pasando las familias de los 80 fallecidos en el accidente de Santiago de Compostela. «No me atrevo a darles un consejo», aseguraba ayer a la presidenta de la Asociación Víctimas del Metro 3 de julio, Beatriz Garrote, obviamente conmocionada por la tragedia de Galicia. Se trata de momentos «tan desgarradores» multiplicados por la «falta de información» y la confusión inicial, hasta que se identifica a todos heridos y las víctimas, que lo único que necesitan las familias es que les den la información que necesitan y que las dejen en paz, sobre todo los medios de comunicación. Se trata de momentos durísimos. Sus vidas han cambiado en unos minutos, sin previo aviso, simplemente porque sus familiares decidieron usar un medio de transporte público que nunca llegó al final del trayecto.

Pero tras las lágrimas y el duelo, llegará el momento de las preguntas. «Y ahí sí que debe estar la administración para ayudarles en todo lo que necesiten», continúa Beatriz Garrote. «Cada familia es un caso distinto. Hay quien pierde al padre o a la madre, que podían ser el sustento económico o moral de esa familia. Otros pierden a un hermano o a una mujer... Cada víctima tendrá una necesidad y la administración debe estar ahí para ayudarles a superar esa situación», según Garrote.

Y, además del dolor, una muerte tan traumática también te introduce en una vorágine para la que nadie está preparado: autopsias, juzgados, papeleo burocrático, indemnizaciones... Y todo sucede en pleno verano, a pocos días de agosto «cuando el mundo parece que se para porque todos están de vacaciones». Por eso, tanto Beatriz Garrote como Santiago Muñoz, (que perdió a su padre en el accidente de la estación de Jesús) creen que, cuando se mitigue el dolor de los primeros meses, los familiares deben crear una asociación para darse apoyo mutuo y para luchar, como ha sido el caso de la Avm3J, en el caso de que los trámites no se agilicen o las causas del descarrilamiento no se esclarezcan de forma concienzuda, como les ha sucedido a ellos.

«No hay que olvidar, como se hizo con nosotros. Ahora está todo muy reciente , todos reciben las condolencias y la solidaridad, pero en unos meses todo pasara a un segundo plano. Esto es algo que te marca de por vida y se necesita un apoyo continuado», recordaba ayer Santiago Muñoz. Y, sobre todo, «deben insistir en que se investiguen todas las circunstancias del accidente de la forma más exhaustiva posible»