Un estudiante checo de 18 años aficionado a la Fórmula 1 murió en la madrugada de ayer al precipitarse al foso del puente móvil de la F1, al final de la Marina Real, en el puerto de Valencia, posiblemente como consecuencia del abundante alcohol ingerido en una fiesta con amigos.

El cuerpo sin vida del chico, que había llegado a Valencia a principios de julio para estudiar castellano en un centro académico de la ciudad, fue visto a primera hora de la mañana de ayer por los operarios de mantenimiento del puente móvil, que cada mañana ponen en marcha el mecanismo con el fin de que los engranajes se mantengan en perfecto estado de funcionamiento.

Los operarios, que vigilan el puente desde la torre de control aledaña, vieron el cuerpo del joven, sobre un charco de sangre, al pie del raíl por el que rueda el puente cuando se acciona el cierre del mismo, en el fondo del foso que circunda la instalación.

Los empleados del puerto asignados al control del puente alertaron de inmediato al 112, que envió al lugar varias dotaciones de la Policía Nacional, así como de la Policía Local, de la Guardia Civil y de la policía portuaria, aunque finalmente la investigación se ha quedado en manos del grupo de Homicidios de la Policía Nacional.

Según personas del entorno del joven, éste había acudido a una fiesta en las proximidades de la Marina Real y, según sus amigos, había estado bebiendo alcohol en abundancia. Sobre las cuatro de la madrugada, se separó del grupo y, al parecer, se fue a contemplar de cerca uno de los emblemas del Valencia Street Circuit, el puente móvil. Tras colarse por la valla que protege el foso, debió perder el equilibrio y precipitarse.