Al menos 60 personas murieron anoche y unos 130 resultaron heridas, algunas muy graves, al descarrilar a la entrada de Santiago de Compostela los nueve vagones de un tren Alvia que cubría el trayecto Madrid-Ferrol con 220 pasajeros a bordo, muchos de los cuales tenían como destino la capital gallega, donde hoy comenzaban sus fiestas en honor al apóstol. Todos los festejos previstos para anoche, incluido el espectáculo pirotécnico que iba a disparar Ricardo Caballer, fueron suspendidos de inmediato en señal de duelo.

El descarrilamiento, cuyas causas están bajo investigación aunque anoche se barajaba un posible exceso de velocidad el tren llegaba con retraso en la curva más cerrada del tramo Ourense-Ferrol, fue extremadamente violento. Testigos presenciales dijeron que el convoy se partió en dos, y la máquina y los cuatro primeros vagones descarrilaron, otro intermedio voló cinco metros sobre un terraplén hasta caer en la autovía contigua, muy cerca de unas viviendas, y el resto volcó. Al menos uno de ellos, el último, se incendió.

Los testigos afirman que escucharon «una explosión» previa al accidente y enseguida vieron una gran humareda. Apenas una hora después, el ministro del Interior ya había descartado que se tratase de un atentado, aunque la confusión de los primeros momentos llevó a desalojar de manera preventiva la plaza del Obradoiro, atestada de gente ante el inminente inicio de las fiestas con el castillo de Ricardo Caballer.

El siniestro se produjo, al parecer, en un tramo de vía de alta velocidad y el Alvia es el tren más rápido de los que la transitan.

Los vecinos acudieron a auxiliar

Nada más producirse el accidente, el lugar se llenó de vehículos de emergencias y decenas de ambulancias iniciaron la evacuación de los heridos a distintos hospitales de Santiago.

En el lugar, los equipos de emergencia tuvieron que emplearse a fondo en la atención a los heridos, algunos de los cuales salieron por sus propios medios, mientras que otros tuvieron que ser liberados del interior de los vagones siniestrados. Los cadáveres de las víctimas mortales, muchos de ellos jóvenes que acudían a la noche grande de las fiestas patronales de Santiago, fueron alineados junto a las vías, a la espera de poder trasladarlos a un recinto adecuado para la ocasión, donde se procederá a su identificación y necropsia. A las labores de socorro se unieron decenas de vecinos de la zona, que acudieron en auxilio de las víctimas nada más producirse el siniestro, sobre las 20.40 horas, en el kilómetro 84.3 de la vía del AVE Ourense-Santiago, a la altura del viaducto de la AP-9, en el municipio de Angrois.

Una gigantesca grúa desplazada al lugar sirvió para izar los vagones, bajo los cuales se temía anoche que pudiera haber más víctimas mortales. Renfe habilitó anoche un número de teléfono para atender y dar información a los familiares de los pasajeros del tren Alvia: 900.101.660.